La conocida metáfora entre la foto y la película, utilizada a menudo para explicar lo que ocurre en la economía, tuvo ayer un nuevo capítulo. Según datos de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL) en marzo se registró un desplome del 11,6% en la producción industrial en relación al mismo mes del año anterior.
Es una profundización de la caída, tras los retrocesos del 7,3% en febrero y el 8,5% en enero. De este modo, los datos provisorios del primer trimestre del año mostraron una contracción de la producción industrial de 9,7% en comparación al mismo período de 2018.
Es el peor indicador para esta variable desde que Mauricio Macri asumió la presidencia en diciembre de 2015. El récord anterior, siempre según la medición de Fiel, había sido en febrero de 2017, cuando se registró una baja del 9,5%, en relación a marzo del año anterior.
Sin dudas, es un importante bajón que preocupa y mucho, tanto a los industriales como al propio Gobierno. Pero la mirada difiere sobre el momento que vive el sector manufacturero. Las quejas de los empresarios, manifestadas en público y en privado cada vez que tienen ocasión, se sustentan en que la actividad económica no levanta, con un consumo doméstico muy deprimido, tasas de interés que orillan el 68%, fuerte presión tributaria e inflación de costos.
Por su parte, en el Ministerio de Producción reconocen la gravedad de la recesión al comparar los indicadores con el año anterior, pero subrayan que el piso de la caída se tocó entre noviembre y diciembre, y a partir de allí se entró en una relativa estabilización, aunque aún en niveles muy bajos.
Fundamentan esta mirada en la mejora marginal que se observa mes a mes en la comparación con el mes anterior en términos desestacionalizados. Al respecto, el informe de FIEL indica que en marzo la producción industrial creció 0,3% sin estacionalidad contra febrero pasado.
Como fuere, lo cierto es que los datos del sector manufacturero de marzo impactan en varios sentidos. En marzo "todas las ramas mostraron una caída interanual de la producción, destacándose el retroceso de la industria automotriz, siderúrgica, de químicos y plásticos y de minerales no metálicos", señala el informe de FIEL. Sin embargo, la entidad destaca que "en ramas como alimentos y bebidas o la metalmecánica se observó una menor dinámica de contracción de la actividad que en los meses previos".
La la consultora Orlando Ferreres y Asociados (OJF), en tanto la producción industrial cayó en marzo 10,4% en términos interanaules, acumulando una baja de 9,2% para el primer trimestre del año y con una medición desestacionalizada con una baja del 1,1% frente a febrero. "La actividad industrial sufrió una nueva caída en marzo, perforando el piso del cierre del año pasado, y registrando el nivel de producción más bajo desde la crisis del 2009", indica el informe de Ferreres.
La consulta considera que al comienzo del segundo trimestre, "la expectativa es que la buena cosecha traiga algo de impulso en el sector alimenticio, aunque la actividad industrial en su conjunto tendrá que esperar a una recuperación más franca del consumo para comenzar a cambiar la tendencia". Y arriesga: "Posiblemente será de los últimos sectores económicos en reactivarse durante 2019.
Pero para ver recuperación, habrá que esperar. "La difusión sectorial de la contracción de la actividad en marzo, volvió a mostrar una leve profundización", señala el informe de FIEL.