Recesión y devaluación mediante, el déficit comercial de 2018 se comprimió un 54% frente a 2017 y terminó en u$s 3820 millones, según informó el Indec hoy. La caída de la actividad hizo que las importaciones se achicaran: terminaron un 2,2% por debajo del año anterior, en u$s 65.441 millones, mientras que en el inicio de 2018 crecían a un ritmo de más de 20%.
En 2018 la caída de la actividad hizo que las importaciones se achicaran: terminaron un 2,2% por debajo de 2017, en u$s 65.441 millones, mientras que en el inicio del año crecían a un ritmo de más de 20%.
La devaluación de 50% del año pasado traccionó a las exportaciones, que finalizaron un 5,1% arriba de 2017, con u$s 61.621 millones. Desde el Ministerio de Hacienda sostuvieron que luego de aumentar 1,9% y 1,3% en 2016 y 2017 respectivamente, en 2018 crecieron 5,1%. "Todo esto a pesar de que el país sufrió la peor sequía de los últimos 50 años. Excluyendo las exportaciones de oleaginosas y cereales, las exportaciones crecieron 15,3%. El impulso vino por los sectores vinculados a la energía y las manufacturas de origen industrial", marcaron.
Puntualmente, en diciembre las exportaciones alcanzaron u$s 5282 millones y las importaciones u$s 3913 millones, lo que hizo que el superávit comercial alcanzara los u$s 1369 millones, el mejor resultado mensual desde mayo de 2014, además del cuarto consecutivo.
El intercambio comercial (exportaciones más importaciones) registró un valor de u$s 9195 millones, 7,5% inferior respecto de diciembre del año anterior.
Las exportaciones en diciembre aumentaron 15,4% interanual. Los precios bajaron 3,6% y las cantidades aumentaron 19,7%. Las exportaciones de productos primarios aumentaron de manera interanual 36,9%, las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario (MOA), 11,8%; las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI), 9,9% y las exportaciones de combustibles y energía cayeron 13,5%, detalló el Indec.
Las importaciones en diciembre disminuyeron 27,1% respecto a igual mes del año anterior. Los precios subieron 1,8% y las cantidades se contrajeron 28,3%. Las importaciones de bienes de capital cayeron 38%; las de combustibles y lubricantes, 33,9%; las de piezas y accesorios para bienes de capital, 22,9%; las de bienes de consumo, 33,7%; las de vehículos automotores de pasajeros, 62,8%, mientras que las importaciones de bienes intermedios aumentaron 0,2% debido al fuerte aumento de las importaciones de porotos de soja.
"El cambio de signo del saldo de la balanza comercial (en diciembre de 2018 fue superavitario, mientras que en diciembre de 2017 había sido deficitario) se debió tanto a menores importaciones como a mayores exportaciones", explicaron desde el instituto de estadísticas.
Juan Ignacio Paolicchi, de EcoGo, marcó que por un lado, la contracción de importaciones que permitió semejante superávit durante diciembre "está en gran medida explicado por la corrección cambiaria y la caída en el consumo dada por la profundización de la baja en el salario real. Ambos efectos fueron la consecuencia de la crisis de balance de pagos que sufrimos durante 2018".
Agregó que las exportaciones "presentaron un buen comportamiento puntualmente en productos primarios, con una buena performance de la cosecha de trigo que permitió aumentar fuertemente las exportaciones en este rubro".
Para 2019, "posiblemente la imposibilidad de atrasar mucho el tipo de cambio real dado el programa monetario, en simultáneo con la demanda que va a venir de Brasil y una recuperación de las exportaciones de productos primarios (se espera que la cosecha de soja sea buena y no haya anomalías como este año), terminen dando como resultado un resultado superavitario en la balanza comercial. Estimamos un superávit de entre u$s 4000 y u$s 5000 millones".
Lucía Pezzarini, de LCG, vaticina que el superávit en 2019 puede llegar a u$s 7000 millones. "De ser así, sería el mejor saldo desde 2012", señaló. "La mejora vendrá, sobre todo, del lado de las exportaciones que estimamos rodarán los u$s 71.000 millones. El crecimiento estará asociado a la mejora de la cosecha, a la recuperación del crecimiento esperado para Brasil y la ganancia de competitividad tras la devaluación también ayudarán", agregó.
En Ecolatina proyectan que las exportaciones crecerían en torno a 7% y las importaciones retrocederían alrededor de 10% en el acumulado anual. "De esta forma, la balanza comercial de bienes retornaría a terreno positivo luego de dos años ´bajo cero´, registrando un superávit cercano a u$s 7000 millones".
Desde ACM sostienen que "con un tipo de cambio real cercano a los niveles actuales y una actividad económica con escaso dinamismo para los comienzos del 2019, los volúmenes importados continuarán su dinámica contractiva".