La crisis económica que se vive en Brasil ya comienza a generar una preocupación extra a la industria argentina que, como si no tuviera suficiente con sus propios problemas, ahora debe sumar los de su principal socio comercial. El gobierno brasileño anticipó ayer que el PBI de ese país caería 4,7% este año, y las alarmas se comenzaron a encender.
Según un relevamiento realizado por El Cronista entre distintos especialistas, el sector exportador y, en particular, la industria automotriz, serán los más complicados por la crisis de Brasil, economía que "se engripó" con la pandemia. La baja de la actividad en el país vecino le restará 1,3% a la producción argentina, según el cálculo de Enrique Mantilla, presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), para quien por cada punto que baja Brasil, Argentina pierde 0,28 puntos de actividad.
Una severa caída de las exportaciones y una extendida crisis en la industria, con la continuidad de las suspensiones y su impacto en el empleo, es el panorama que, para algunos, se avecina en la Argentina como respuesta a las penurias brasileñas.
Marcelo Elizondo, titular de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), explicó: "Argentina sentirá fuerte el golpe. Hay quienes dicen que la caída del PBI de Brasil será mayor que la que prevé su Gobierno. La pandemia y el confinamiento no afectó a todos los sectores del mismo modo; las ventas de autos se desplomaron pero el consumo de alimentos, no".
Diego Coatz, director ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), entiende que el panorama no es el más interesante para la industria, aunque prefiere "mirar más en el largo plazo". "Lo que debemos apostar es a una mayor integración y es posible. Nosotros tenemos un muy buen diálogo con nuestros pares de Brasil y vamos por ese camino. No estamos previendo una invasión de sus productos", precisó.
Además, el ejecutivo dice que no cree que, ante este negativo panorama, Brasil intente cerrar sus fronteras comerciales para proteger su industria. "Al contrario, los veo más aperturistas", comentó.
El impacto que alguno especialistas esperan será duro en los sectores que producen mayor valor agregado y más cantidad de empleo con mejores remuneraciones.
Las exportaciones argentinas totales a Brasil rozaron los u$s 10.400 millones en 2019, representando 16% de las ventas externas de nuestro país. Un 65% de los envíos fueron Manufacturas de Origen Industrial (MOI), por lo que de uno de cada tres dólares de MOI exportados fueron rumbo a Brasil. "Estos productos son los que suelen gozar de un mayor grado de diferenciación y valor agregado, de modo que su inserción en nuevos mercados suele ser más lenta y complicada (no hay preferencias arancelarias)", afirmó en un reciente informe la consultora Ecolatina.
"Hacia dentro de las exportaciones industriales, la rama de mayor peso es la automotriz. En 2019, sus envíos totalizaron u$s 4.430 millones, lo que quiere decir que casi el 70% de las exportaciones de este complejo tuvieron como destino a Brasil", agregaron.
Elizondo observó que las exportaciones argentinas a Brasil quedarán en 2020 "cómodamente" por debajo de los u$s 10.000 millones y que los sectores industriales no tendrán margen para reubicar sus ventas. Distinto será el caso de los exportadores de materias primas. La retracción en las ventas de granos a Asia no será tan dramática, ya que la demanda de alimentos no disminuirá tanto.
Hacia adelante, el especialista en comercio exterior planteó que será difícil que las empresas multinacionales decidan invertir en Argentina en caso de que Brasil concrete una mayor apertura comercial y enfocó que la devaluación de casi un 50% del real en apenas cuatro meses, junto al desdoblamiento cambiario en Argentina agregan problemas a la competitividad de los productos argentinos, lo que desemboca en que a nivel local habrá puestos de trabajo en riesgo o con peor calidad y nula generación de empleo.