Llega el "Miami porteño": ¿Comprar acá es más barato que en Chile?

Por la devaluación y la quita de aranceles, las notebooks y tabletas importadas que se consiguen en el país empiezan a ser más competitivas. De cuánto es la diferencia. Lo que hay que mirar.

No se tratá del País de las Maravillas ni del Reino del Revés. Pero a contramano de lo que sucedía hace un año, en el que el “turismo shopping” a Chile estaba en alza, hoy son los vecinos los que están considerando cruzar la cordillera para hacerse de productos electrónicos. Esto es lo que arroja la última devaluación y el impacto de la quita de aranceles, especialmente en computadoras y tablets. Hoy, no solo el cambio favorece: la política comercial también. El fin del Miami-Chileno abre la puerta para el Miami-Porteño.

Efecto “devaluta”

Mientras que antes para ir a Chile había que multiplicar cada dólar por $20, ahora son $28. Eso significa que el turismo-shopping está viviendo sus días más difíciles: la plata argentina rinde menos que antes al cruzar la cordillera. Para los chilenos no es todo una mala noticia: para ellos, especialmente a la hora de comprar una computadora, los descuentos pueden ser significativos.

Infotechnology.com relevó ejemplos en las categorías más importantes de electrónica de ambos país. En este sentido, una notebook Lenovo de 17” con un procesador Intel i3 cuesta 350.000 pesos chilenos del otro lado de la cordillera, unos $14.700, mientras que acá cuesta $12.000. Una notebook HP Envy de 13 pulgadas con un Intel i5 cuesta $20.000 en la Argentina, mientras que allá alcanza los 700.000 pesos chilenos, $29.300. La diferencia se da especialmente en los modelos entry-level, equipos con componentes de gama baja o intermedia. También se ve reflejado en algunos modelos de televisores, un Samsung de 32 pulgadas cuesta $8.000 en un comercio local, mientras que cruzando la cordillera su precio aumenta un 5%, acercándose a los $8.400.

Se suma al realizado por el Diario de Cuyo, en el que compararon los precios de productos iguales vendidos por la misma cadena de un lado y del otro de la cordillera, un televisor Smart TV de 43 pulgadas Ultra HD en Chile cuesta $17.981, mientras que en la Argentina, $13.990, 22 por ciento menos. A su vez, un celular liberado, con cámara de 13 megapíxeles cuesta $8.360 en el país vecino y $5.990 acá, 28 por ciento menos.

La venta de televisores marcó un nuevo récord gracias a la fiebre mundialista. Que eligieron los argentinos.

Hay que sacar la calculadora. Si los descuentos son menores al pasaje de una "low cost", quizás convenga "víajes de shopping" en otras categorías que también tienen buenos descuentos. Otra opción es acercarse a provincias vecinas, como Neuquén y Mendoza, ya que los precios de los pasajes hacia sus capitales baja sensiblemente.

Fueron dos los hechos que dieron vuelta el juego: la devaluación del peso argentino y la eliminación del arancel a la importación de computadoras. Mientras que la primera hizo que el tipo de cambio favorezca a los ciudadanos del país vecino, la segunda provocó una baja en los precios en la oferta local de equipos. “Los precios bajaron un 21 por ciento y las unidades vendidas crecieron 63 por ciento”, detalla Miguel Braun, secretario de Comercio de la Nación.

Los equipos importados ganaron el segmento premium, la participación de las notebooks más potentes aumentó un 59 por ciento en 2018. Ganaron, en este nuevo contexto, los importadores: mientras que en 2016 se fabricaban 290.000 notebooks en el país, solo se hicieron 19 en 2017 según datos del Indec.

Para antes de la devaluación, las compras en Chile ya habían tocado su piso histórico. El gasto de los argentinos en tecnología se redujo 30 por ciento en el primer trimestre del año, comparado con el 2017, según cifras de la Cámara Nacional de Comercio de Chile y la Fundación Ideal. Es que las multinacionales, y especialmente las empresas chinas, inundaron el mercado argentino de productos, bajando los precios, aumentando la oferta de modelos y poniéndolo a un nivel similar al de Chile, que hasta entonces era la meca del consumo de productos electrónicos. Quizás sea una buena cosa que el turismo-shopping aumente: en la Argentina, reconocen las marcas, está “todo parado” desde que empezó la estampida cambiaria.

Así, según cifras de la consultora Gfk, las notebooks acumularon 35 por ciento de aumentos entre enero y mayo de este año si se lo compara con el año anterior. Un poco más que la inflación pero debajo de la suba del dólar por lo que algunas marcas han tenido que absorber los aumentos reduciendo sus márgenes.

Lo cierto es que, con este nuevo escenario, están dadas las condiciones para que la Argentina consiga mejorar en categorías en las que todavía Chile sigue ganando. En textiles, el país vecino sigue en ventaja ya que importa todo sin aranceles, mientras que en Argentina lo que viene de afuera paga del 30 por ciento al 40 por ciento. Y en materia de celulares, los aranceles siguen siendo del 35 por ciento, eliminando la posibilidad de competir en el segmento.

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