La dueña de Pipas, Argensun Foods, compró el 50% del capital accionario y obtuvo el control de fabricante de galletitas Tía Maruca. El acuerdo, que según informó La Nación se cerró en estos días, le permitirá a la compañía adquirida homologar el concurso de acreedores, además de poner al día los sueldos y pasar a cero los cheques rechazados.
La principal planta de Tía Maruca se encuentra en San Juan, donde hasta 2017 funcionaba PepsiCo. Ese año, la empresa había llegado a un acuerdo para adquirir la fábrica, mantener a sus 400 empleados y seguir elaborando las marcas de galletitas de la multinacional durante tres años.
Sin embargo, dos años más tarde, la situación se complicó y la dueña de Tía Maruca empezó a atrasarse en el pago de sueldos. Con una deuda que se estimaba en ese entonces en $ 300 millones, la compañía entró en concurso preventivo. Con el ingreso de Argensun Foods, Tía Maruca podrá salir del concurso.
Pablo Tamburo, CEO de Argensun Foods, aseguró en declaraciones recogidas por La Nación que con la operación la compañía podrá iniciar un camino de transformación estratégica para convertirse en una empresa de alimentos. La firma es el principal productor y exportador de semillas de girasol confitero y ciruelas deshidratadas del país y uno de los principales exportadores de maíz pisingallo, chía, frutos secos y legumbres.
En este camino, Argensun Foods adquirió, además, la firma Rojas Proyecto III, dueña de las marcas de leche, yogures y chocolatadas Plenty y de jugos Pura Fresh. La empresa aprovechará la red de distribución que ya tiene para Pipas y buscará posicionarse como un grupo productor de alimentos.
La tía homenajeada
Tía Maruca nació en plena crisis de 2001. Y, aunque el nombre fue un homenaje a la tía de un amigo del fundador, la mujer nunca llegó a conocer la marca. Con un portafolio de galletitas que incluía pepas de membrillo y biscochos hojaldrados, entre otras, la compañía logró un rápido crecimiento y penetración, especialmente en el segmento de consumo popular. Su éxito estuvo basado en su llegada a los kioscos con atractivos exhibidores para sus productos, de estilo casero.
Para 2016, la firma había alcanzado una participación del 4% en el negocio de galletitas. Eso los llevó un año más tarde a comprar la planta sanjuanina, con la que pensaban darles pelea a los grandes jugadores del segmento. Sin embargo, poco tiempo pasó hasta que empezaron los problemas y la firma tuviera que recurrir al concurso preventivo.