Terminada la cuarentena obligatoria por el coronavirus, los restaurantes deberán adaptarse a la "nueva normalidad". Con la intención de reabrir sus puertas y recibir nuevamente al público en sus salones, las cadenas de fast-food trabajan en la readecuación de sus espacios y en estrictos protocolos de prevención de cara al cliente y el personal.
McDonald´s ya diseñó el "restaurante del futuro". La iniciativa forma parte de un programa que Arcos Dorados, su licenciataria en la Argentina, apodó "McProtegidos". La compañía adaptó sus sucursales teniendo en consideración las normativas y las recomendaciones del Gobierno nacional por la emergencia sanitaria del Covid-19.
¿Cómo será comprar y comer en sus restaurantes cuando el aislamiento obligatorio se flexibilice? "A partir de la pandemia, la experiencia de compra y consumo será diferente. Concentramos todos los esfuerzos para brindarles a nuestros clientes la posibilidad de continuar disfrutando los productos de McDonald’s de manera segura en esta coyuntura", asegura Diego Paniagua, director de Operaciones para la División South Latin American División de Arcos Dorados.
"Si bien siempre operamos de forma segura, cuidando al público y los empleados, el escenario actual nos permitió tomar aprendizajes y sumamos más procedimientos a los procesos que ya teníamos antes", enfatiza.
En apenas unas semanas, la famosa empresa de comida rápida implementó los cambios necesarios en todos sus locales del país. "En tiempo récord, logramos reacomodar nuestros espacios acorde a las exigencias sanitarias. Ya nuestros 225 restaurantes están listos para empezar a operar con estos mecanismos cuando las autoridades gubernamentales lo permitan", señala el ejecutivo.
De hecho, ya funcionan tres locales bajo esta modalidad: dos en Corrientes y uno en Salta, provincias que autorizaron a la compañía a reabrir sus puertas tras haber pasado de fase de cuarentena.
A partir de ahora, quienes concurran a un McDonald´s verán que habrá menos mesas, ya que se redujo a la mitad el número de ellas. "El objetivo es achicar la cantidad de personas y el contacto entre ellas para que se respete el distanciamiento, disminuyendo la capacidad de gente en el lobby-comedor", comenta Paniagua, y expresa que también se colocaron elementos gráficos y visuales en los pisos y las paredes para informales a los consumidores por dónde moverse.
Además, los clientes se encontrarán con barreras acrílicas que los separarán del personal de la cadena. Estarán ubicadas en todos los puntos de venta donde hay interacción con los empleados: tanto en las cajas registradoras de los mostradores donde se realizan las órdenes de compra, como así también en los McCafé, los centros de postres y las ventanillas del AutoMac, que funciona desde la semana pasada.
Estas normas de seguridad e higiene ya se aplican actualmente, pese a que los salones no reciben visitantes. Desde que se habilitó el take-away, McDonald’s ofrece la posibilidad de retirar los pedidos personalmente a través del formato McToGo. Cada vez más sucursales del país ofrecen esta modalidad. El AutoMac ya está disponible de nuevo en 40 locales de la Argentina.
A su vez, el delivery, canal que le permitió seguir vendiendo a la empresa al inicio del confiamiento antes de que se dispongan las demás opciones, continúa en funcionamiento, tanto a través de la propia entrega a domicilio con McDelivery como así también por medio de las aplicaciones de socios de última milla Rappi, Glovo, PedidosYa y Uber Eats. Son 198 las sucursales que operan con él. "Para el delivery directo, que puede ser empleado por los clientes que vivan en un radio de cuatro cuadras al local, los mismos empleados se están intercambiando para entregar los pedidos. Es decir, no hay repartidores específicamente designados para esta tarea", aclara Paniagua, y añade que "todos usan guantes, tapabocas y máscaras a la hora de la entrega".
Quienes hagan repartos, se deben colocar además sanitizante en las manos y pasarle un trapo higiénico a los bolsos donde llevan los productos para desinfectarlos. "Además, se incorporó una doble bolsa en las entregas y tres stíckers de seguridad que garantizan que el pedido llegó impecable desde nuestras cocinas a las casas de los clientes", comenta.
El concepto “sin contacto” aplica para todos los casos. "Quienes elijan cualquiera de las opciones de compra podrán realizar y recibir sus pedidos como lo hacían habitualmente, pero ahora con más medidas de seguridad para evitar la cercanía entre el empleado y el cliente", sostiene el director de Operaciones.
Al igual que desde el inicio de la cuarentena, la compañía fomentará en un futuro el mayor uso de medios de pago electrónicos. "La idea es que la gente abone, de ser posible, con tarjetas de crédito o débito, o directamente desde el celular por MercadoPago, para así minimizar los riesgos de contagio del virus, que se apega a superficies como billetes", dice Paniagua, y aclara que cada vez que se utilizan los posnet se los sanitiza luego.
Pensando en el retorno, la vajilla del McCafe (tazas, platos y cubiertos de losa) se reemplazó por material descartable. Durante un tiempo, el área de juegos para niños no funcionará. "El playland estará cerrado", adelanta.
Asimismo, en las puertas de los baños se colocaron pedales para abrirlas con la planta del calzado, sin necesidad de utilizar las manos. "Igualmente, colocamos dispensers extra de alcohol en gel y jabon bactericida, y se desinfectan periódicamente las superficies y los picaportes", afirma el ejecutivo.
Puertas para adentro, la empresa también extremó las medidas de seguridad. En cada sucursal, hay un encargado responsable de garantizar el distanciamiento social no solo entre los consumidores presentes, sino también entre los mismos empleados. "En cada turno, al ingresar el personal, se le toma la temperatura corporal (que no debe superar los 37°) con termómetros infrarojos y se les pide que muestren la app Cuidar (que deben tener instaladas en sus celulares con los datos personales correspondientes).
En las cocinas, espacios donde los empleados están unos pegados a otros habitualmente, se reforzaron aún más las medidas y se estableció una separación entre ellos para evitar el amontonamiento. "Los puestos de trabajo están distanciados y hay turnos rotativos. La capacidad del personal en este área se redujo a la mitad", dice el representante de la compañía, y agrega que "durante la jornada laboral, se incrementó la frecuencia del lavado de manos (cada 15 minutos) para reforzar la higienización".
Asimismo, la firma les suministra tres tapabocas lavables a sus colaboradores para que los recambien tanto en el trabajo como en el traslado desde y hacia sus casas. También, se les proveen máscaras acrílicas para proteger el rostro y para uso personal en el transporte, que deben desinfectarse constantemente. "También, nos aseguramos de que todos se apliquen el uniforme laboral pertinente al comenzar sus tareas y se quiten la indumentaria que traen desde sus casas para que no haya transferencia de virus", asevera.
A modo de conclusión, el ejecutivo destaca que "algunas cuestiones llegaron para quedarse y son parte de una evolución constante". "Nos anticipamos a encontrar un modelo de operación que nos permita seguir disfrutando como antes. Es un inicio de una transformación que desconocemos cuál será su final. Pero el nuestro es un paso enorme que nos va a permitir estar seguros en familia y amigos. Lo que hoy se instrumentó en la Argentina, ya se incorporó en algunos países, y nos inspiramos en su experiencia", cierra.