"Baja el volumen de cuotas, sobre todo las que son con interés", revela el directivo de una de las tarjetas líderes.
Un fenómeno que seguramente se acentuará a partir de la suba que se dispuso desde anteayer en la tasa de financiación por el pago en cuotas, que ya pasa el 100% anual desde las siete cuotas, cuando era del 89%. Abonar ahora de dos a cuatro cuotas, mientras tanto, tiene ahora un costo financiero total del 89%, cuando era del 78%.
En rigor, según un informe reservado de Prisma de julio, al que tuvo acceso este diario, en las transacciones en más de 24 cuotas el derrumbe fue del 57%. En el caso de 7 a 12 cuotas la caída fue del 14%, en el de 13 a 24 cuotas fue del 12% y en el de 4 a 6 cuotas el descenso fue del 5%. En cuanto a los rubros, las ventas de electro con tarjeta cayeron 12% en cantidad de transacciones, mientras las de indumentaria sufrieron un retroceso del 4% de unidades.
"En el caso de la línea blanca, es clave la financiación sin interés. La gente no está comprando y no se mueve volumen", confiesa el directivo de una de las compañías de electro que lidera el ranking de ventas.
El economista consideró que con una devaluación “así de formidable, es altamente probable que la inflación hacia fin de año se ubique entre 35 y 40%”.
"El consumo financiado con tarjeta se podría decir que viene moderado", admite a regañadientes el ejecutivo de uno de los emisores plásticos con mayor volumen del país.
Lo que hay que tener cuidado es de no hacer "revolving", que es como se llama en la jerga a pagar el mínimo cuando llega el resumen de la tarjeta, porque ahí las tasas pueden llegar hasta casi 100% anual según el banco.
"La gente no se quiere endeudar. El juego con las tarjetas es complicado, porque más allá de las cuotas, luego hay que ver cómo se mueve el pago mínimo (si por esas razones no se paga el 100%) que te exige el banco y a las tasas de hoy, eso puede ser una bola de nieve. Pero mas allá de la tasa (ya que mucha gente piensa en la cuota) creo que la inflación (incluido los tarifazos) le está sacando capacidad de compra a la gente y consumen menos", detalla un banquero.
Según el Centro Latinoamericano de Inversiones (CELAI) obedece a una caída generalizada del consumo, producto de menor ingreso disponible en términos reales por altas tasas de interés, que al termino del primer semestre no logra ser compensado por el primer reacomodamiento del salario negociados en paritarias.
La planificación del gasto por parte del consumidor está buscando un horizonte de corto plazo para la toma de decisiones, por eso prima el uso de la tarjeta de débito o crédito, pero no más de entre 2 o 3 cuotas. La variable inflación versus salarios aún caminan sobre un terreno incierto donde ambas puntas difícilmente converjan en un mismo punto ganándole la carrera los precios a los ingresos de los hogares. "En ese sentido, el consumidor vuelve a tener a la inflación como un costo adicional en su compra, por lo cual intenta evitar la tasa de interés y costo financiero total que hoy le proponen las tarjetas de crédito", subraya el directivo de Focus Market.
"En un contexto donde la compra de lo necesario para resolver las cuestiones básicas del hogar le ganan al stockeo en sustitución por la reposiciones diaria, la tarjeta de débito se convierte en la herramienta más útil porque no genera más recargo en intereses que el que ya produce la inflación con la suba de precios", agrega.
Hoy la gente no quiere convalidar las tasas con interés que cobran las tarjetas, entonces se hacen muchas operaciones en un pago, mientras las transacciones con débito van incrementándose: "En tanto, las cuotas sin interés que se ve es solamente en productos seleccionados, que no suelen superar los 15 ítems, pero la gente no quiere las cuotas con interés", describe el presidente de una de las cadenas de retail más grandes.
Señala que las grandes cadenas comerciales se quejan ante el Gobierno por la actitud que tomaron las tarjetas con los Ahora, como llaman en el jerga a los planes que el macrismo copió del kirchnerismo: el Ahora 12 y el Ahora 18. Venían pagando a las 48 horas pero ahora lo hacen a los 10 días hábiles, lo que les provoca un trastorno tener la plata tantos días en la calle con tan altas tasas de interés.
"Los 18 días hábiles con que nos pagan las tarjetas las compras en un pago sería buenísimo también reducirlo a las 48 horas, pero con 5 o 10 días hábiles ya estaríamos súper bien", admite la fuente.
Lo que le piden a la Secretaría de Comercio es que aprovechen que Prisma le está pidiendo más tiempo para vender Visa, Banelco y Pagomiscuentas para exigir entonces que reduzcan los plazos de pagos. "Los pagos de 2 a 24 cuotas te los pagan a las 48 horas, pero por acelerar los pagos te cobran una tasa nominal anual que está en el orden del 50%", precisa el directivo.