En un contexto de desplome de la actividad económica, elevada inflación y consumo deprimido por la caída del poder adquisitivo, en 2018 se perdieron 191.300 empleos, según los datos Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que elabora el Ministerio de Producción y Trabajo.
El dato no sorprende, por la fuerte correlación entre nivel de actividad y empleo. Pero siguiendo la lógica del Gobierno, que insiste en que la economía habría tocado fondo a fin de año, hay indicios que mostrarían un segundo trimestre con un quiebre de tendencia en materia de empleo.
La Encuesta de Expectativas de Empleo realizada por ManpowerGroup, indica para el segundo trimestre del año que "los empleadores argentinos esperan un mercado laboral amesetado para el próximo trimestre". La Expectativa Neta de Empleo (ENE), que refleja la diferencia entre la intención de contratar y de despedir personal según las respuestas de las empresas, se ubica en 0% para el período abril-junio de 2019.
A simple vista, parece tener gusto a poco, pero hay que recordar que en el trimestre anterior la ENE arrojó una pérdida neta de 4%, el peor indicador desde que comenzó el relevamiento en 2007. Así, las expectativas para el segundo trimestre del año muestran una mejora de cuatro puntos porcentuales, aunque hay que recordar que se registró "una caída de seis puntos en comparación al mismo período del año pasado", precisó ManpowerGroup.
Con todo, hay que remontarse al tercer trimestre de 2009 -sin contar la caída del 4% el trimestre pasado- para encontrar expectativas de contratación similares a las relevadas para el segundo trimestre.
"Empezamos a vislumbrar una leve mejora en las intenciones de contratación respecto al resultado del trimestre anterior" sostuvo Fernando Podestá, Director Comercial y de Operaciones de ManpowerGroup Argentina. Y agregó que "los cuatro puntos de mejora respecto del trimestre anterior son traccionados por Agricultura y Pesca, Administración Pública y Educación, y por Transporte y Servicios Públicos".
En un universo de 800 empresas de todo el país, el 80% prevé un escenario estable, mientras que 9% espera aumento en su plantilla y el 8% una disminución. "Es un amesetamiento a nivel del fondo del valle", consideró Podestá, pese a lo cual destacó que "hay algunas oportunidades" en las grandes empresas, con mejora del 5% en la contratación. En contraste, las pequeñas empresas y las micro prevén caídas del 1% y 5% en la contratación respectivamente.
Consultada sobre las perspectivas del mercado de trabajo, Nuria Susmel, economista de FIEL especializada en temas laborales, indicó que "las empresas no han hecho un ajuste total porque el despido es muy costoso" en Argentina, lo que tendrá ahora un impacto a nivel de generación de empleo. "Las empresas todavía tienen margen para empezar la recuperación con los empleados que tienen", pronosticó.
Para Susmel la mejora del empleo "empezaría a verse entre el segundo y el tercer trimestre", primero en el empleo informal y luego el registrado, aunque "en el agregado del año, el neto daría 0%", precisó.
Para el especialista Daniel Schteingart, "va a haber recuperación de empleo siempre y cuando la economía vuelva a crecer". Podría verse algo en el sector agropecuario, pero es bastante improbable que haya recuperación en el empleo industrial. La clave está en la caída del poder adquisitivo, que impacta en el consumo. "El empleo de calidad cayó en estos tres años y medio, hoy estamos como en 2014 en términos absolutos pero ajustado por la población en edad laboral, tenemos los niveles de 2009, el peor nivel en nueve o diez años", remató.