Tras haber cerrado "el peor año de la historia", en el sector de real estate se esperanzan con que 2020 cambie la tendencia y, por lo menos, sea menos malo que los 12 meses anteriores.
El año pasado la incertidumbre política se sumó a la crisis económica para generar una combinación explosiva. Por un lado, las escrituras de compraventa en la ciudad de Buenos Aires tocaron su mínimo histórico. Por el otro, la falta de crédito impidió que los usuarios finales accedieran a desarrollos inmobiliarios, mientras que la falta de claridad sobre el futuro del país ahuyentaba a los inversores.
"El año pasado fue muy duro. Se movieron los desarrollos que ya estaban lanzados y no necesitaban nuevos inversores. El resto estuvo muy parado", señaló Luis Guido, director de Grupo Idea Desarrollos.
'Dólar ladrillo': suben 50% las consultas para comprar en pozo
Desde que se anunció el impuesto del 30% a la compra de dólares para atesoramiento, muchas desarrolladoras inmobiliarias registraron un incremento en la cantidad de consultas para invertir en edificios en construcción. El atractivo es claro: pagar en pesos y en cuotas un activo que, cuando esté terminado, tendrá valor en dólares.
Para este año, el ejecutivo cree que los inversores empezarán a ver la opción de poner dinero en ladrillos como una alternativa a las restricciones para la compra de dólares. Sin embargo, destacó que la solución para el sector solo se conseguirá en el largo plazo, con una baja en la inflación y la vuelta del crédito hipotecario.
En la industria, además, reclaman políticas para lograr préstamos intermedios, lo que permitiría que los desarrolladores construyeran mayor volumen. El año pasado, con la implementación del boleto electrónico se había dado un paso en este sentido, pero, con el nivel actual de tasas, todavía se está lejos de alcanzar esta meta.
A mediados de mes representantes del sector se reunirán con la ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, María Eugenia Bielsa, a la que le propondrán un plan de desgravación impositiva para la construcción de viviendas para alquiler.
"La idea es replicar un programa que hizo Raúl Alfonsín. Se otorgan beneficios tributarios con la obligación de que la unidad se mantenga en alquiler por ocho años. Eso ayudaría a bajar el precio en los contratos de locación", explicó Armando Pepe, dueño de la inmobiliaria del mismo nombre y presidente del Cucicba.
La iniciativa se presenta, además, justo después de que la Cámara de Diputados le diera media sanción al proyecto de Ley de Alquileres, fuertemente resistido por inmobiliarias y propietarios. Pepe sostuvo que ya varios senadores mostraron dudas de que la Cámara alta sancione el texto tal como salió de Diputados.
En noviembre tuvo el registro más bajo de la historia de la ciudad en cantidad de escrituras de compraventa de inmuebles, un 11% debajo del 2014, hasta ahora el peor de la serie
La gran incógnita en el mercado de compraventa de propiedades es cuál será el comportamiento del dólar. Una nueva devaluación, señalan, tendrá un impacto en los precios.
"En ese caso, habrá que ver cómo reacciona el mercado. De todos modos, no imagino un 2020 peor que 2019 ya que hay compradores que estaban esperando que pasaran las elecciones para tomar decisiones", explicó Francisco Altgelt, vicepresidente de Altgelt Negocios Inmobiliarios.
El empresario destacó que, además, el sector está expectante para ver qué pasará con la restricción a la compra de dólares. Si el cepo se fortalece, el mercado se va a enfriar, vaticinó.