La automotriz española Seat analiza la posibilidad de vender y fabricar sus unidades en Latinoamérica y entre los nuevos mercados posibles, no descarta aterrizar en la Argentina.
Tras devolver la marca a los números negros y consolidar su rentabilidad, "ahora podemos explorar nuevas vías de negocio" e integrar la digitalización sin traumas, indica Luca de Meo, presidente de Seat.
"Seat no contó con un plan serio de conquistar los mercados del centro y sur de América. Ahora disponemos de más recursos al estar en un momento en el que no apagamos fuegos cada día. Por eso estamos haciendo números para ver cuáles son las oportunidades a nivel comercial e industrial", afirmó.
En una entrevista con el diario español EXPANSIÓN, De Meo explicó que la automotriz está terminando la fase de consolidación "y ahora contamos con una base sólida para explorar nuevos mercados y vías de negocio".
Seat presentará sus resultados el próximo 22 de marzo. Este año, el acto se celebrará en Madrid y no en la sede de la marca en Martorell. Hasta septiembre de 2017 la compañía ganó 153 millones y asegura así su segundo ejercicio consecutivo con beneficios.
No sería la primera incursión en América Latina como vendedor. Seat ubica en México, donde vendió 24.700 coches en 2017, su cuarto mercado por volumen tras Alemania, España y Reino Unido. De Meo explica que para lograr una mayor implementación de la marca en la región sería necesario producir allí. "El grupo cuenta con plantas en México, Brasil o Argentina. Hay que estudiar la rentabilidad de dar el paso".
Futuro de Martorell
Esta expansión no afectará a la planta de Martorell (Barcelona). Con la adjudicación del Ibiza, Arona y Audi A1, la fábrica está llena. Para De Meo, la integración del Audi Q3 en esta instalación fue clave para la recuperación de la compañía. "Con este modelo, Seat demuestra que puede producir al nivel de calidad que exige Audi. Y eso repercutió en la confianza de la matriz y en el resto de líneas de producción". La planta de Martorell dejará en breve de fabricar el todocamino Q3, que será sustituido por el pequeño Audi A1.
El siguiente coche que recibirá esta fábrica es la nueva generación del León -primer modelo desarrollado bajo la dirección de De Meo- que llegará en 2019 y que incluirá una versión electrificada (híbrida). "Mi equipo y yo estamos trabajando para traer la nueva tecnología sostenible a esta planta", aseguró.
"En 2025, el 80% de los vehículos vendidos en el mundo aún serán de combustión", con lo que fabricar un eléctrico hoy no aportaría un volumen superior a 100.000 unidades, como lo hacen el Ibiza, León, Arona o Audi A1, sus modelos actuales.
El grupo Volkswagen no planea fabricar vehículos 100% eléctricos sobre la plataforma MQB, que es la implementada en Martorell. España es la base para ensamblar los coches pequeños del consorcio alemán. Además de la planta barcelonesa, Volkswagen posee una instalación en Landaben (Navarra), donde se fabrica el Polo y donde ya se están ensamblando las primeras unidades de prueba del T-Cross. De este modo, las dos plantas españolas optarían a fabricar los modelos equivalentes al Arona y T-Cross de las marcas Skoda y Audi. "Estamos trabajando en las nuevas adjudicaciones pero no hay nada oficial".
"Se tratará de ver la mejor oportunidad, como ha pasado con el SUV grande" de siete plazas que se hará en la planta de Volkswagen en Wolfsburg. El coste salarial en la factoría alemana es más elevado que en Martorell, pero la marca germana contenta así a sus trabajadores alemanes ante la futura transformación digital de la industria del automóvil.