"La cumbre en sí no va a traer cambios significativos para la Argentina", advirtió el presidente del Laboratorio de Políticas Públicas, Rafael Gentili, y subrayó que más importante que la cumbre en sí "serán los acuerdos bilaterales que se cierren en paralelo", como la ampliación del swap de reservas con China y algunas concesiones comerciales de EE.UU.
"Los beneficios de la cumbre serán solo de imagen", agregó, por lo que advirtió que "no se pueden permitir episodios chapuceros como el desaire de la vicepresidenta Gabriela Michetti a Emmanuel Macron", en alusión a su accidentada recibida.
"Está en juego la confiabilidad", resumió el ex embajador argentino ante la ONU, Emilio Cárdenas, y destacó que "la ola de inversiones que el presidente anunció que esperaba no se concretó porque los inversores están preocupados por la continuidad de este modelo". Aunque aclaró que los inversores apoyan el modelo macrista, "no están dispuestos a arriesgar sus inversiones a menos que el horizonte de este Gobierno se extienda más allá que el año que viene". Por ello, consideró que el oficialismo debe "hacer hincapié en transmitir cuáles son las razones por las cuales ellos piensan que van a lograr un mandato más".
¿De qué forma? Con encuestas que así lo sugieran y mensajes que señalen que la recesión acabará el primer trimestre de 2019, además de transmitir una mejoría en la actividad económica, ejemplificó.
Logros bilaterales
"Para el Gobierno, la noción de reinserción en el mundo es fundacional", dijo el politólogo Julio Burdman. Y consideró que si bien suena "un poco artificial -porque la presencia argentina en el G20 no es un hito de este gobierno, ni de ningún otro- la comunicación oficialista jugará con esa imagen todo lo posible".
El profesor de Geopolítica de la UBA destacó también que "lo interesante para el Estado argentino está en las reuniones bilaterales a las que Macri accederá. Eso sí tiene relevancia diplomática".
"Ser sede de la cumbre o las discusiones multilaterales no son relevantes", remató. Aunque, hizo una salvedad: "Seguramente, Macri podrá plantear temas interesantes con Xi Jinping, Trump, Macron y otros líderes globales".
Algo similar opinó Enrique Zuleta Puceiro, reconoció que el "pragmatismo" de Macri "llevó a darse cuenta de que el sentido y los resultados en este nuevo escenario (un multipolar, fragmentado y centrífugo) dependen sobre todo de la cantidad y calidad de los logros bilaterales".
"Esperemos que esta nueva percepción le permita al país sacar provecho de su posición, y evitar una nueva y lamentable pérdida de oportunidades", agregó el analista político, para hacer el siguiente diagnóstico: "El mundo que viene es el de Trump, Bolsonaro o López Obrador; Muy diferente del que parece inspirar el cuadro estratégico de la diplomacia argentina, aferrada por lo general a un mundo que ha pasado". El analista internacional Jorge Castro hizo hincapié en un único encuentro bilateral: el de Xi Jinping y Donald Trump.
"Todo indica que hay un acuerdo para poner término, al menos en forma temporaria, al conflicto comercial entre EE.UU. y China, que es el mayor de conflicto y factor de riego de la economía mundial en este momento". Y aseguró que ese encuentro será trascendental para el mundo.