Los datos oficiales confirmaron lo que los industriales ya confesaban fuera de micrófono. Las inversiones están paralizadas en una economía que atraviesa una fuerte contracción y en la que la producción industrial está en caída libre y generalizada en todas las ramas de actividad.
Ahora se agregó el dato oficial de utilización de la capacidad instalada (UCI) correspondiente a diciembre de 2018 y no hizo más que prender otra luz amarilla, virando a anaranjada. El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) asegura que la industria operó en diciembre con un promedio de 56,6% en el uso de su potencial productivo.
El porcentaje es incluso inferior al registrado en diciembre de 2002, cuando según el organismo estadístico oficial se alcanzó un registro de 60,0%. En rigor, habría que remontarse hasta junio de 2002 para encontrar un indicador más bajo de utilización de la capacidad instalada en el promedio de todo el sector industrial. El dato impresiona, se trata nada menos que de 199 meses consecutivos.
"El uso de la capacidad instalada industrial de diciembre, que el Indec dice que estamos ocupando el 56%, es el peor dato de los últimos diez años", afirmó el empresario José Urtubey, directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA).
De cara a los próximos meses, indicó que ve "un 2019 cometiendo los mismos errores del 2016 y 2017, es decir, una economía bajo una salida financiera y no productiva", en la que la baja utilización de capacidad de producción "significa que se está destruyendo cualquier tipo de agregado de valor", remató Urtubey.
Entre los sectores con peores indicadores en diciembre está la industria automotriz, con apenas el 25,6%, el sector textil (32,3%), la metalmecánica sin contar automotores (42,8%), y productos de caucho y plástico (47,2%). Refinación de petróleo se mantiene al tope con 77,4%, mientras que industrias metálicas básicas (acero, aluminio) llegó a 69,4%, aunque minerales no metálicos, esto es cemento portland, que hace algunos meses volaba, trabajó al 61,5% de su potencial productivo.
Con un nivel de capacidad ociosa del 43,4%, es claro que la industria está inclinada a postergar sus proyectos de inversión, mucho más en una economía en recesión y sin un horizonte muy claro de cuándo podría tocar fondo y empezar a dar vuelta la página, mostrando números positivos en materia de crecimiento económico.
Los últimos datos de actualidad fabril relevados por el Indec a través del Índice de Producción Industrial (IPI) manufacturero muestran que los 16 sectores analizados tuvieron caída durante el mes de diciembre en la comparación interanual. Ésta es, en gran medida, la razón principal detrás del bajón en la utilización de la capacidad instalada.
Los analistas coinciden en que también hay que considerar que algunos sectores como la industria siderúrgica, la metalurgia y el sector automotor, adelantaron paradas técnicas a diciembre, cuando el año anterior lo habían hecho en general en enero. Esto explicaría parte del fenómeno pero también refleja la caída en el nivel de actividad en meses anteriores, que llevaron a las compañías a tomar la decisión de adelantar las paradas.
"El hecho de que las empresas cambien paradas técnicas a diciembre también implica que no tenían suficiente demanda para vender", señaló Fausto Spotorno, economista jefe de Orlando Ferreres y Asociados. Hoy "se combinan la caída de la producción industrial con el anticipo de paradas técnicas", apuntó y aclaró que "el dato de enero nos va a permitir precisar qué porcentaje de esta caída fueron paradas técnicas y cuánto es por caída de actividad".
Consultado sobre el impacto en la inversión, Spotorno aseguró que en este contexto "obviamente, todas las inversiones industriales se frenan", y enfatizó que "cuando tenés tasas altas, baja utilización de la capacidad instalada y acumulación de stocks, no hay nadie que invierta en esas condiciones", a menos que sea un sector muy particular, por ejemplo como refinación de petróleo, con una demanda sostenida, explica el economista.