En las 48 horas previas al domingo electoral, los principales referentes económicos de Javier Milei transmitieron certidumbre sobre el rumbo del comercio internacional al empresariado, en encuentros puntuales donde se analizó desde la relación con Brasil y China hasta la disponibilidad de dólares para importar y el "atraso" en el dólar oficial que tensionó la relación con la gestión actual.
En línea con las ideas que esbozó el entonces candidato en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), además de ratificar el compromiso de "exterminar la inflación" en 18 a 24 meses, como palanca para recuperar el crédito de largo plazo y "volver a crecer", los asesores libertarios prometieron la liberalización de las restricciones a las importaciones lo que pone en la mira el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA).
La plataforma que comenzó a operar hace 14 meses divide las aguas entre los operadores. Por un lado se reconoce la dinámica en la gestión de importaciones a partir de unificar y cruzar información de distintas dependencias del Estado.
Sin embargo, las demoras que se presentan en las autorizaciones generan rechazo. "No tiene ninguna relación con lo que dicta la Organización Mundial del Comercio", cuestionan los especialistas.
Tras los resultados del balotaje, las principales cámaras vinculadas a la actividad de comercio exterior, que en los últimos meses enviaron números misivas al Gobierno para advertir sobre el riesgo económico que produjo la falta de acceso a divisas, se muestran expectantes. Y, si bien entiende que "ordenar la macro" será un proceso, ya le anticiparon plazos al próximo gobierno.
"Si acumulamos atrasos de hasta 2 años en pagos a proveedores, podemos esperar un poco más", dijo a El Cronista un empresario autopartista. La señal de tolerancia de cara a la transición se vuelve lógica, sin embargo, al consultar sobre nivel de stock disponible los plazos -en el amplio abanico importador- no superan los 4 a 5 meses.
Agenda de prioridades
La lista de prioridades que algunos ya plantearon a los futuros funcionarios del área la encabeza la deuda comercial que supera los u$s 50.000 millones y comenzó a trabar la cadena de pagos y limitar las ventas a la Argentina en actividades centrales como la industria automotriz y la producción agropecuaria (fertilizantes).
"Existe una cantidad de SIRAs aprobadas, nacionalizadas que aún no se han podido pagar", apuntó Fernando Furci, gerente General de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) y, en segundo lugar, mencionó la necesidad de definir el futuro del régimen de pagos tanto para SIRA como para SIRASE -Servicios-.
El sistema de gestión de importaciones que reemplazó las SIMI, es una incógnita en sí mismo. "El Gobierno debe definir si va a apostar o no a un sistema de control estadístico del comercio", dijo y sumó la desburocratización de las normas del comercio exterior "que son imposibles de entender, procesar e implementar".
La demanda del sector privado continúa con la eliminación de "costos ocultos" en la cadena de exportación e importación así como del sistema logístico y de infraestructura para dotar de competitividad la actividad. "Por su posición geográfica la Argentina no tiene la mejor condición y necesita de ciertas regulaciones que generen competitividad", destacó.
Por último, Furcci destacó el valor que puede aportar el comercio exterior si se logra una visión completa "como un proceso de ida y vuelta" para definir el futuro de las relaciones comerciales con los bloques económicos del mundo.
Potencial en puerta
De la vereda exportadora, la preocupación también se centra en el acceso a insumos y piezas para la industria y en lograr un tipo de cambio más competitivo, incluso superior al esquema 50/50 que abrió el Gobierno esta semana para incrementar el ingreso de divisas.
"Enfrentamos un escenario complejo, con elevada deuda publica pero también privada y un primer semestre 2024 donde por una parte se han hecho adelantos de ingresos fiscales de derechos de exportación y, por otra, aun tendremos el efecto de la sequía", pronosticó Fernando Landa, presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA).
La entidad le presentó a Javier Milei su proyecto de "Estrategia exportadora" con 142 pasos para incrementar el ingreso de divisas y contribuir a mejorar el saldo negativo de la Balanza Comercial.
En esa línea, Landa planteó que "es fundamental que el nuevo gobierno comience por el ordenamiento macro logrando equilibrio fiscal y tenga como norte la mejora de la competitividad argentina".
Según datos de la entidad, la Argentina puede llegar a exportar u$s 100.000 millones en 2030, una puerta a la generación de empleo e inclusión si se trabaja en aspectos "múltiples" desde las restricciones "cuantitativas" hasta las derivadas: cambiara, Capacidad Económica Financiera (CEF), SIRA, SIRASE, la liquidación mandatoria de la totalidad de las ventas al exterior y diversos mecanismos sancionatorios, enumeró Landa.
El punteo incluye temas impositivos que requieren "sacrificio fiscal" con los Derechos de Exportación (DEX) y el recupero del IVA a la cabeza. Luego, desde CERA insisten con la facilitación de comercio, que requiere tanto de inversión tecnológica como de logística e infraestructura.
En síntesis, Pablo Pardal, directivo del Centro de Despachantes de Aduana (CDA), señaló que la nueva gestión "tiene una gran oportunidad de ordenar las cosas, se encuentra con una situación muy compleja respecto de financiación y con una deuda privada que creo que este país no tiene memoria con proveedores del exterior".
Hasta ahora, desde LLA apuntaron a "liberar las trabas" lo que abarca deshacer disposiciones del BCRA y la Comisión Nacional de Valores (CNV).
A 72 horas de las elecciones, el discurso del jefe libertario se ha moderado -en los plazos- en línea con la realidad atravesada por desequilibrios macro que no sólo responden a "mala praxis" sino también a un contexto crítico que generó la sequía y recién se encaminará a la normalidad a mediados del próximo ciclo.
Los resultados de las propuestas disruptivas, según Milei, llegarán en -al menos- 18 meses; una expectativa que genera dudas entre los operadores del comercio internacional.