La tradicional joyería Testorelli 1887 abrirá su propia maison en San Isidro. Destinada a clientes que buscan privacidad y crear sus propias alhajas, el edificio se emplazará en el casco histórico de la ciudad, a pocas cuadras de su sucursal insignia, donde se producen las piezas que la joyería comercializa en las seis tiendas que tiene en Capital Federal y Gran Buenos Aires.
El fin de este proyecto, aseguró la nueva dueña heredera del negocio familiar, Miriam Testorelli, es alejarse de los shoppings y ofrecer distintas experiencias a sus clientes que, recurrentemente, solicitan mayor privacidad. La maison, que se ubicará en Primera Junta y 25 de Mayo, tendrá un funcionamiento similar al de las tiendas de lujo europeas, ya que operará con cita previa y cada cliente tendrá asistencia personalizada.
"Será un espacio cómodo y amplio para recibir a los clientes. Cada uno podrá ingresar en su auto, de manera que su identidad quedará completamente reservada", aseguró la ejecutiva. A su vez, adelantó que el local también tendrá a la venta las marcas de joyas de lujo como Rolex, Pomeroy, Cartier y Omega.
Testorelli busca crecer por fuera de los shoppings
Se trata del séptimo local de la joyería, que, además del original que tiene en San Isidro, cuenta con otras seis tiendas. Cuatro de ellas es ubican en los centros comerciales Alto Palermo, Galerías Pacífico, DOT Baires y Unicenter, a la que se suma el recientemente inaugurado local a la calle en la Avenida Alvear, a metros del Hotel Alvear.
"La idea es salir de los shoppings y tener comercios a la calle", adelantó la ejecutiva. A su vez, comentó que, en adelante y por pedido de las marcas que la empresa tiene en su portfolio, Testorelli buscará expandirse por fuera de los centros comerciales.
"No quieren estar condicionados por la ubicación que se nos asigna en los shoppings. No entienden ni toleran que, al lado de una joyería haya una juguetería o una tienda de ropa interior", contó. No obstante, aseguró que Testorelli conservará los locales que la marca tiene hoy en día en los centros comerciales dado que sus clientes "están acostumbrados a esa dinámica". Sin embargo, "vamos a ofrecer esos espacios de distinción y exclusividad que las marcas quieren".
Las joyas como refugio ante la crisis
Independientemente del segmento de lujo que visita las tiendas con regularidad y le escapa a la crisis, la ejecutiva reveló que, en un contexto de caída del consumo interno, la joyería empezó a diseñar productos más accesibles, con menor composición de oro, plata o platino.
Sin embargo, reconoció que todavía "hay interés en la compra de joyas como instrumento de inversión", ante otras opciones restringidas. "Es un resguardo de valor con liquidez que se hereda sin problemas. A diferencia de un inmueble o un auto, se ahorra el trámite y el costo de una sucesión", apuntó.
A su vez, destacó que, "el valor del oro siempre estuvo en ascenso". Comentó que, en 2004, la onza de este metal precioso rondaba los u$s 400. Diez años más tarde, su precio se elevó a los u$s 1200, mientras que, hoy en día, el valor de la onza es de u$s 2300. No obstante, Testorelli reveló que, tanto el precio de los productos, como de la materia prima "varía regularmente" y que, incluso, puede cambiar dos veces en un día.
Y entre las ventajas sumó la menor tributación. "Solo se paga el impuesto suntuario del 25% y el IVA del 21% en la compra de piezas de oro, plata, perlas y piedras preciosas. Pero objetos como alianzas o un Rolex de acero quedan exceptuados", explicó la ejecutiva.
La joyería tiene una oferta diversa adaptada a las últimas tendencias, con marcas internacionales como Cartier, Bulgari, Chopard, Gucci, Omega y Longines, además de Rolex; así como joyas de autor que elaboran los orfebres en el taller del local de San Isidro.
Los joyeros piden reducción de impuestos
Según develó Testorelli, el sector está manteniendo reuniones con la Secretaría de Comercio para solicitar la eliminación -o reducción de la alícuota- del impuesto suntuario, que, actualmente, es del 25% del precio del producto.
"Muchos clientes vieron que es más conveniente comprar sus joyas en el exterior, ya que, en la Argentina, los productos valen un 50% más por la carga impositiva", aseguró y develó que el objetivo del sector es eliminar, o bien, reducir el impuesto al 5% del valor de la joya.