Hoy en día la industria financiera enfrenta el gran desafío de aumentar el grado de educación financiera, especialmente en la región latinoamericana, donde, en promedio, más del 60% de las personas no ahorra o lo hacen de manera informal, y la mitad de los que sí pueden no logran juntar US$ 100 por mes. En este escenario, las WealthTech empezaron a ganar terreno en la última década como el camino para democratizar la banca, debido a que brindan herramientas digitales fáciles de usar y de bajo costo que permiten a todos los usuarios identificar la mejor forma de invertir sus ahorros, así como gestionar su patrimonio de manera online.
“La pandemia aceleró la evolución de muchas industrias y la financiera no fue la excepción. Las personas comenzaron a demandar en mayor medida el acceso a servicios que solo pertenecían a los grandes capitales, por eso, este tipo de empresas aumentaron su desarrollo y lograron consolidarse, convirtiéndose en herramientas esenciales para gestionar las finanzas e inversiones”, expresa Julián Colombo, CEO de la fintech N5 Now, al remarcar que de acuerdo a Insider Intelligence en el tercer trimestre de 2021 las WealthTech fueron la única subcategoría de Fintech en alcanzar un récord de 132 acuerdos financieros a nivel mundial.
En Latinoamérica a fines de 2021 había unas 222 WealhTech, de las cuales las nueve de mayor crecimiento alcanzaron a facturar US$ 928 millones. En nuestro país actualmente se registran siete WealhTech, pero la mayor concentración de esta subcategoría se observa en Estados Unidos y en Asia.
Qué servicios ofrecen las WealthTech
Entre los múltiples servicios que ofrecen se destacan dos, dirigidos al consumidor final:
- Plataformas o brokers online: se usan para comprar y vender acciones u otros activos financieros,
- Robo Advisors: “Son chatbots que asesoran, ofrecen opciones siguiendo reglas lógicas y realizan un gran número de transacciones de forma automática y accesible”, señala Colombo.
A nivel profesional existen servicios enfocados en el análisis de datos financieros, herramientas para la inversión y diferentes softwares para las gestiones financieras e insights de los mercados.
Esta evolución en la industria financiera trae diversos beneficios como la reducción de los costos, la mejora de procesos internos y externos, el aumento de la rentabilidad y nuevos modelos de negocio que apuestan a la inclusión financiera, sin embargo, tal como advierte Colombo, la regulación de inversiones es muy específica y diferente para cada país. Este escenario obliga a las fintech a realizar un gran esfuerzo de “localización” al cambiar de geografía, perdiendo eventualmente las ventajas competitivas que tenía en su lugar de origen.
Además, otro desafío que enfrentar es la preferencia de los clientes a adoptar una fintech que les da dinero (crédito) a una que les cuida el dinero (inversión). “En toda crisis o aumento de inestabilidad se produce un ´flight to quality´ en la que las empresas menos reconocidas o sólidas ven sus saldos fugarse hacia bancos más seguros, lo que puede provocar riesgos de liquidez”, aclara el economista con 20 años de trayectoria en el sector.
La transformación digital continuará desafiando a la industria sin dudas, y las WealthTech serán protagonistas de esta revolución “ya que hay un gran espacio en el mercado para fintechs que ofrezcan productos de ahorro e inversión simples y con una excelente experiencia de usuario, así como para aquellas que agreguen productos diversos como supermercados de la inversión, en donde sea posible adquirir fondos de muchas instituciones diferentes, con precios transparentes y comparables”, finaliza Colombo.