No quedan dudas. Volvió el furor del pádel. El deporte, que fue un boom en la década del ´90, muestra un rebrote fenomenal, pero ahora con un nuevo modelo de negocio.
La vieja idea de ofrecer una cancha de pádel, a veces en el patio de una vivienda familiar, no va más. El modelo actual es mucho más ambicioso.
“Se trata de ofrecer un servicio, que incluya además de la parte deportiva, gastronomía, asesoramiento, clases, venta de paletas e indumentaria y gimnasio”, dice Emiliano Felippa, socio junto a Santiago Barraza de Punto Atahona, el club privado más moderno de la región, inaugurado en marzo de este año.
Las instalaciones son de primer nivel. “Creemos que eso también explica, en parte, el furor de nuestra propuesta. A la gente le gusta estar en un lugar lindo”, cuenta Barraza. La nueva oferta incrementó el interés por el pádel en esta ciudad.
El espacio cuenta con dos canchas de pádel de blindex y césped sintético (las primeras en Villa del Rosario), dos canchas de tenis y una de fútbol. Además, tiene un bar-restaurante y venta de paletas, accesorios e indumentaria. “Se mueve bastante el local”, destacan.
También avanzan en la construcción de un gimnasio, integrado a la zona del bar, pero en planta alta. Todo un lujo.
“Cuando hacemos torneos de pádel a veces nos quedamos sin capacidad. La gente llega a ver los partidos y ya se queda a comer”, refiere Barraza.
Está previsto que para septiembre lleguen los mejores jugadores del país a Punto Atahona, en un torneo de categoría Primera organizado por la Asociación de Jugadores Profesional de Pádel (AJPP).
Nuevas propuestas
Barraza y Felipa, que se conocen desde niños, cuentan que el proyecto final, emplazado en un predio de una hectárea (de la que hasta acá se utilizaron menos de la mitad), incluye dos canchas más de pádel techadas y una pileta olímpica techada.
“Se trata de una inversión muy grande, pero nos gusta arriesgarnos”, dice Felipa y quizás resume así el espíritu del emprendimiento.
La inversión hasta ahora implicó un gasto superior a los 50 millones de pesos.
No todo es pádel
El espacio también ofrece canchas y clases de tenis. “El profesor (Juanchi Luchessi) nos contó que en el último tiempo se duplicaron los alumnos”, dice Barraza y reconoce que, así como el pádel vive un rebrote, el tenis resiste una caída.
La propuesta se completa con una cancha de fútbol sintético, que dependiendo de la estación del año se mueve más o menos. Acá, como en otras disciplinas al aire libre, hay que pasar el invierno.
“La gente está totalmente copada con el pádel”, reconocen los dueños de Punto Atahona.