Cuando Rubén Vega fundó su empresa en Pilar, se propuso construir tinglados y galpones. Con el tiempo y el arribo de la segunda generación familiar, la compañía cobró otro impulso en el rubro de la construcción. Fue sumando servicios, como movimientos de suelo, fundaciones y viviendas llave en mano.
Las estructuras metálicas fueron siempre el fuerte de esta empresa familiar. Por eso, con el boom del Steel frame (o construcción en seco), el local ubicado sobre la ruta 9 vieja cobró un nuevo impulso cuyo horizonte es tan amplio que el fin no puede vislumbrarse a simple vista. Estaba cantado que iba a crecer: una especie de profecía realizada.
“Antes de la pandemia comenzamos con la construcción en seco. A partir del 2020, explotó y ahora es un boom. Hoy estamos haciendo hoteles, viviendas, edificios y recientemente comenzamos con las escuelas”, expresa Gustavo Vega, encargado de la parte administrativa de la empresa, además de la venta, compra, fabricación y visita a los clientes. Gustavo, Maricel y Cristian –hijos de Rubén– se pusieron al hombro la empresa familiar.
Qué es el Steel frame
Se trata de un método constructivo que se diferencia del tradicional.
Gastón Colomer, arquitecto que también trabaja en la empresa, así lo define: “Por lo general, los arquitectos resuelven muchas cuestiones en obra. Uno cae con una idea o un diseño que quizás va cambiando, sobre todo en los detalles. La parte metálica es diferente. El 98 por ciento se resuelve en el taller. Uno llega con todo armado en el tablero, en la instancia de diseño y en la fabricación. Es un cambio de mentalidad. Una adaptación”.
Este sistema brinda nuevas posibilidades, como un voladizo de ocho metros de hormigón, un volumen que “vuela” sin columnas ni apoyo.
Al contrario de lo que se cree, no tiene grandes diferencias de precio con la construcción tradicional. Los presupuestos que se manejan son similares si se persiguen obras de calidad. El sistema requiere de una platea de hormigón, vigas de hierro y distintas capas aislantes que fortalecen los muros.
Colomer destaca cuatro ventajas: mano de obra especializada, velocidad en la construcción, menor cantidad de desperdicio de materiales y flexibilidad en los diseños.
“En los comercios, las necesidades van cambiando. Hoy quizás te haga falta cuatro oficinas y una sala de reunión. Pero mañana quizás eso se modifique. Los espacios se van transformando porque el sistema tiene una flexibilidad acorde con los tiempos de hoy”, agrega el arquitecto, que se capacitó en estructuras metálicas y cálculo estructural.
Sin embargo, el sistema constructivo tiene una desventaja: una mala reputación por las obras que se hicieron en un comienzo. Aunque ya se viene implementando hace muchos años en otros países y en el sur de Argentina, los primeros trabajos que se hicieron en la región no fueron de buena calidad. Y entonces fue difícil remontar la mala fama.
¿Te animarías a hacerte tu casa en Steel frame?
“A la gente de la zona todavía le cuesta decidirse por este sistema a la hora de construir sus propias viviendas. Es el que va, golpea una pared y no se convence porque lo siente hueco. Pero en el sector industrial, la mayoría está convencida de que es lo mejor. Poco a poco, el mercado se va agrandando”, avizora Vega.