La cultura ha encontrado a un vocero apasionado: Juan Carlos Taborda. El hombre lleva 40 años en los medios de comunicación, tejiendo relatos y dando voz a la comunidad. Para entender su vida y obra, hay que retroceder a sus primeros años, a esa infancia donde el ruido del bombo y las voces de artistas locales forjaron su destino.
Juan Carlos recuerda una infancia marcada por algunas carencias materiales, pero llena de libros, revistas y discos. Único hijo de un empleado municipal y de una portera de escuela. “En casa había libros, muchas revistas y muchísimos discos”, relata con una mezcla de nostalgia y gratitud. La casa se llenaba de músicos, poetas y artistas, todos ellos alimentando su imaginación, que años después avivará.
A los cinco años, el pequeño Juan Carlos comenzó a tocar el bombo, impulsado por su padre. No pasó mucho tiempo hasta que, gracias a ese instrumento, llegó su primer deslumbramiento: una visita a la radio LV2 de Córdoba donde, entre equipos y cables, empezó su fascinación por el estudio de radio. Dice que esa emoción fue el primer paso en su camino como comunicador. Ese día lo dejaron entrar a la cabina de sonido.
En la adolescencia consolidó sus pasos. En la escuela, su voz ya destacaba. Oficiaba de locutor en actos y eventos, y junto con algunos compañeros fundó una revista escolar, usando un viejo mimeógrafo. “La publicábamos una vez al mes. Había entrevistas y noticias de la escuela. Después supimos que estábamos haciendo periodismo”, cuenta. Aunque el tiempo consumió aquellos ejemplares amarillentos, la semilla del periodismo ya estaba sembrada en él.
Al Aire
Después de cumplir con el servicio militar, ingresó a trabajar en la empresa Georgalos, una experiencia que duró cinco años y que abandonó sin dudar para dedicarse a su primera pasión: la radio. Fue en 1984, antes de las licencias de FM, cuando montó su propio estudio en la casa de sus padres, iniciando una radio por cable que llegaba a algunos hogares de Río Segundo. “Era un cablecito con un parlantito”, recuerda dibujando con las manos el tamaño del parlante.
Al frente de “Aprendizaje”, su ciclo de rock, un programa inspirado en el locutor y conductor Mario Luna, Juan Carlos fue dando forma a un proyecto que creció hasta llegar a Pilar y que le permitió cubrir eventos tan diferentes como el Festival de Rock de La Falda y el Mundial de Básquet, siempre con la ambición de hacer crecer el medio.
“Tener el estudio en casa influyó en la dinámica familiar. Mis hijos crecieron entre cables y micrófonos. Desde el estudio se sentía el aroma de la comida”, recuerda.
Después creó La Tribuna, un programa que comenzó en la radio (FM para ese momento) y luego pasó a la televisión. Fue a sugerencia de un conocido, que le ofreció hacer un programa político. “Fue un furor. Furor, furor, furor”, repite, recordando la efervescencia de sus inicios. Fue uno de los primeros en experimentar con el streaming, mucho antes de que esa palabra estuviera en el vocabulario cotidiano.
Pero los tiempos cambiaron. Con el auge de otras FM en la zona, su radio decayó y decidió venderla después de más de una década al aire. Para entonces, la televisión ya lo había seducido, y con su productora continuó en la senda del periodismo y la comunicación. Produjo programas como Por los Barrios, Las 24 horas de La Tribuna y El ritmo cordobés. Su productora se convirtió además en una incubadora de jóvenes periodistas que encontraron en sus espacios un lugar para hacer sus primeras experiencias.
Periodismo en el territorio
La vida de Juan Carlos Taborda no estuvo exenta de retos. En una ciudad chica, hacer periodismo puede ser un arma de doble filo. “Hemos tenido problemas. Una noche me reventaron los vidrios de mi auto”, relata, pero sin amedrentarse.
Y cuenta que en otra ocasión, desde una gestión municipal que acababa de asumir, le dijeron que iban a trabajar para voltear su programa. “Mandaron a dos personas a recorrer el listado de clientes para desprestigiarme y pedirles que se bajaran”, dice. Es obvio que eso no pasó. Además, después se hizo amigo de esas personas.
Hoy, con 40 años en el oficio, Juan Carlos sigue al frente de La Tribuna y también de su ciclo de entrevistas Mano a Mano. También produce otros seis programas, que se transmiten en el canal local para Río Segundo y Pilar, y por YouTube para todo el mundo.
Para él, la radio antes y la televisión ahora son su esencia. No tuvo una formación académica formal, pero dice que aprendió a fuerza de prueba y error, y con el tiempo. Más allá del oficio periodístico, tuvo que aprender a vender sus contenidos. “No me quedaba otra”. Y logró el apoyo de muchos anunciantes, algunos que lo acompañan casi desde sus inicios.
“Soy un emprendedor apasionado por los medios”, afirma, resumiendo en pocas palabras su trayectoria. Aún tiene energías para seguir adelante, y con una sonrisa y determinación, asegura: “Voy a seguir”.