Cuando afuera el mundo parece caerse a pedazos, ella adentro encuentra paz. Los precios que suben, las sierras que se queman, la sequía que no da tregua. Todos estos problemas cotidianos no pasan por la puerta, una vez que Carina Granatelli ingresa a su atelier.
“Cuando estoy adentro, me desconecto de todo. No me quiero ir más. Es emocionante y a la vez sanador. Las mujeres que participan de mis talleres me dicen que las horas se pasan volando”, cuenta esta artista de Oncativo, que dicta clases de pintura y crea obras que se venden en todo el país.
Carina acaba de lanzar una línea de difusores tan original como su propia historia: Calli Sensi es una fragancia que se activa una vez que entra en contacto con una obra de arte.
“Me encanta la idea de crear aromas. Quise darle una vuelta de rosca y unirlo con mi pasión, que es el arte. Entonces creé una fragancia que se tira sobre el cuadro y ese lienzo actúa como difusor. El perfume queda concentrado en el ambiente”, agrega la artista a InfoNegocios.
Sus comienzos como autodidacta
Carina se reconoce como una mujer autodidacta que experimenta con distintas técnicas y materiales.
Dice que pinta desde que aprendió “a sostener un lápiz con la mano” y cuenta que estudió 7 años en la academia de artes Rubén Darío de Oncativo.
“Yo vivía en el campo. A los 7 años, como me gustaba mucho pintar, mis papás me mandaron a la academia. Ahí aprendí a usar el lápiz, la tinta china, los óleos y acrílicos. Con el tiempo fui experimentando con otros soportes como madera, tela y vidrio”, destaca.
Hoy utiliza principalmente látex, aerosoles, sintéticos, pinturas al agua y solventes mezclados para generar distintas texturas “que se chocan entre sí y generan efectos”. Su fuerte son las obras abstractas.
En su atelier de Oncativo, Carina dicta clases grupales y personalizadas. También crea obras que se distribuyen en todo el país. Comparte esa pasión con su otro trabajo, ya que también se desempeña como administrativa en la empresa de software que comparte con su marido.
Tuvo varios emprendimientos, como un taller de cerámica, en el que vendía piezas a todo el país, daba clases y alquilaba los hornos para aficionados. “Hice un duelo durante un año y decidí cerrarlo. Me costó porque me iba muy bien, pero me quería dedicar al cien por ciento a los cuadros. Decidí vender mi parte a mi socia y ponerme de lleno con mi sueño”.
Un campo de lavandas y dos flores emparentadas
Cuando pinta, es muy raro que Carina dibuje el diseño antes. Va dando pinceladas al ritmo de su inspiración. Pero aquel día hizo una excepción.
Venía de participar de un evento cuando recordó un campo de lavandas. “Suelo tener la presión muy baja y a veces me desmayo. Una vez, estando en mi oficina, me caí y entonces vi un campo lleno de flores. Al tiempo recordé esa situación y la plasmé en un lienzo. Esa obra se vendió enseguida y gustó mucho”.
También reconoce que le costó desprenderse de un cuadro que ideó en un aeropuerto: dos flores emparentadas, una en tono oscuro y el otro en claro que contrastaban entre sí.
El año pasado conoció a Carina Rivera, una emprendedora de Laguna Larga que creó una exitosa línea de fragancias y difusores llamados María Filomena “Aromas del Alma”.
Después de trabar amistad, la artista se inspiró en su tocaya de Laguna Larga para lanzar Calli Sensi, su propia línea de fragancias que se activan al entrar en contacto con el lienzo.
Los difusores son elaborados por Rivera y combinan distintos aromas: peras, flores blancas (gardenias y magnolia) y madera. Cuando el perfume entra en contacto con los cuadros elaborados por Granatelli, se impregna en el ambiente.
Para los cinco sentidos
El nombre Calli Sensi combina dos palabras. La primera, hace referencia a las dos primeras letras de su nombre y a las tres últimas de su apellido. Es como su marca personal. La segunda, significa “sentidos” en italiano, en referencia al origen de sus abuelos inmigrantes.
Quien abra la caja de estos originales difusores experimentará con distintas texturas que estimulan el tacto.
Adentro, encontrará el perfume y un cuadro de 30 centímetros por 30 en el que se impregna la fragancia.
Pero eso no es todo. También descubrirá un chocolate. “Mi idea es activar los cinco sentidos”, resume Carina.
La emprendedora presentó el 21 de septiembre este original producto en un evento sorpresa. Qué mejor que en primavera.
Como no podía ser de otra manera, lo hizo en su atelier: el lugar donde ella y las mujeres que asisten a sus cursos dejan todos sus problemas del otro lado de la puerta.