Jefes exigentes, que muchas veces ni siquiera saben con exactitud el trabajo que desempeñan sus colaboradores, pero que demandan resultados. Esta es una de las realidades que enfrentan diariamente miles de trabajadores.
“Sin embargo, hoy en día existe consenso en que los índices productivos de las empresas están determinados por la satisfacción laboral y por cómo se sienten los colaboradores, en lo que sin duda influyen factores como el reconocimiento y la relación con las jefaturas. En este contexto, se hace necesario que las organizaciones que realmente buscan obtener beneficios sostenibles en el largo plazo potencien la figura de nuevo tipo de líder, denominada ‘GeFes’ o ‘Gestores de Felicidad’”, afirma Marcela del Barrio, directora de Gestión de Personas de Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos.
Según la ejecutiva, toda organización se compone de colaboradores, es decir, personas, las que deben estar en el centro de las estrategias si se quiere crear valor agregado sustentable en el tiempo. En esta línea, fomentar la figura de “gefes” más empáticos y que tengan una mejor relación con sus trabajadores, sin duda traerá beneficios para toda la organización, ya que éstos logran sacar lo mejor de sus equipos, incrementando el desarrollo y competitividad de toda la compañía.
¿Pero cuáles con las características que toda persona debería desarrollar para llegar a ser un buen “gefe”? Sodexo Servicios de Beneficios e Incentivos entrega algunas pautas:
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Los “gefes” reconocen: Debe ser una persona que reconozca cada una de las contribuciones que hacen sus colaboradores. Esto genera confianza y fomenta la proactividad de los trabajadores, logrando que todos busquen avanzar hacia las mismas metas que tiene la compañía.
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Conocen a sus trabajadores: Los Gestores de la Felicidad se exigen a sí mismos conocer a sus colaboradores en profundidad, desde cosas tan básicas como sus nombres hasta las funciones concretas de cada uno, pasando también por sus habilidades y falencias. Esto facilita la división de tareas y el trabajo en conjunto, logrando construir equipos y no grupos de trabajo.
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Se comunican: Los “gefes” interactúan en base a diálogos sinceros. En este contexto, siempre bajan la información relevante, elemento clave en momentos de mayor incertidumbre, dejando atrás inseguridades y especulaciones de sus colaboradores. Además, tienen una política horizontal, entregan información contingente de la empresa a tiempo, son claros en sus solicitudes, etc.
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Son personas resolutivas: Son capaces de buscar soluciones, pero a través de un trato cercano y más empático. Generalmente son líderes más tolerantes a los errores, o al menos los ven como una oportunidad de mejora.
- Son más flexibles: Por lo que le entregan mayor confianza a sus colaboradores, llamándolos a trabajar bajo objetivos más que por parámetros como un horario establecido. Considerando esto, son más flexibles en cuanto a horarios, formas de trabajo e ideas, fomentando también la innovación.
- Y también disfrutan de su trabajo: un buen líder sin lugar a dudas es una persona que logra disfrutar su trabajo, traspasando esta energía a su equipo.