(Por Pamela Quezada - psicóloga)
Culpa por no dedicarle el suficiente tiempo a los que más quieres.
Culpa por no dedicarle el suficiente tiempo a tu negocio.
Culpa por no estar haciendo deporte, o desarrollándote en ese tema que te apasiona.
Culpa porque sí y porque no. Casi ya parte de la esencia femenina.
Mi marido, en su maravillosa y simple masculinidad me dijo una vez que la culpa es muchas veces un exceso de excelencia. Y la excelencia, requiere de dosificación, ya que, en exceso, cumple las leyes de rendimiento decreciente: es decir, se nos vuelve en contra y finalmente dejamos de disfrutar y/o rendir en todo ámbito.
En mi día a día me dedico a ayudar a psicólogas a ganar libertad y tranquilidad, acompañándolas a emprender y posicionarse como expertas en su especialidad, obteniendo así mayores ingresos y pacientes/clientes. La culpa surge muchas veces en este proceso y nos pone frente a un espejo.
¿Cómo manejarla?
Algo que me ha ayudado bastante es ver las diferentes áreas de la vida como un todo complementario, no que se oponen; ya que, si sientes que hay áreas de tu vida en contraposición, es imposible intentar avanzar sin sentirnos confrontadas internamente y finalmente autoboicotearnos.
Personalmente concilio mis actividades con mi sentimiento de culpa acordándome que probablemente no soy tan "necesaria" ni tengo que estar siempre presente o hacerlo todo perfecto, ya que tengo varios referentes que no cumplen con esa exigencia y aun así son queridos y entendidos en su "imperfección".
Mi marido, me ayuda acordarme las muchas veces que él prioriza sus temas laborales o personales y yo lo apoyo, por lo que, a pesar de la culpa y la incomodidad, me doy espacio para mis actividades laborales y/o personales igualmente. Cada vez que lo hago, confirmo que no soy tan necesaria y que él valora sus espacios personales y el aire que nos da en la relación el que cada uno tenga sus actividades.
La magia está en ver cómo el desarrollo profesional y personal pueden aportar al cuidado de nuestra familia/seres queridos y viceversa.
Para ello, termino regalándote estas preguntas que pueden darte algunas luces:
- ¿De qué forma, el avanzar en mi emprendimiento/negocio aporta a los que más quiero?
- ¿De qué manera, darme tiempo para mi desarrollo personal, aporta a mi negocio?