¿Quién es Marcela Kloosterboer?
Marcela es una mujer que trabaja desde muy chiquita, es madre y tiene una hija que se llama Juana. Es muy amiga de sus amigas, le gusta la vida al aire libre y estar entre sus afectos.
Tuviste la oportunidad de interpretar diversos personajes, ¿cómo colaboraron en la actriz que sos hoy?
En todos los personajes, siempre hay algo nuevo que van aportando a la actriz, como así también, los compañeros, los directores y las distintas historias que se interpretan. Creo que hay algo en la maduración de uno, y seguramente que un personaje que hace diez años lo hice de una manera, hoy lo haría de otra, porque al actor, a mi entender, le influyen mucho las vivencias y la experiencia de vida.
¿Cuál es el personaje que marcó un antes y un después en tu vida? ¿Qué tuvo de especial?
Creo que hubo varios: "Jose", en “Verano del 98”, fue sin dudas un antes y un después en mi carrera. Fue muy fuerte lo que pasó con todo ese programa, de hecho, ahora se cumplen veinte años. El personaje de "Lucía" en "Las Estrellas", el año pasado, fue un gran desafío. En "Roma", la película, también hice un personaje que me gustó mucho interpretar. Cada uno tiene lo suyo, pero sí, hay algunos que son más queridos que otros.
Sos mamá de Juana, ¿cómo te sentís en este rol?
Me siento muy bien y en el mejor rol. Juana está por cumplir dos años y trato de darle todo y lo mejor de mí, creo que siempre uno como padre se pregunta todo el tiempo: “¿estaré haciendo las cosas bien o no?”, siempre desde el amor y el estar presente. Soy una madre muy dedicada: me gusta estar con ella, acompañarla, educarla y eso me encanta.
¿Qué cosas te desconectan de tu rutina cotidiana?
Soy de juntarme mucho con mis amigas, en la casa de alguna de ellas, con nuestros hijos. Actualmente, estamos todas en pareja y nos encanta estar juntas. En mi casa nos gusta hacer comidas e invitar amigos: somos bastante sociales.
¿Cómo nace “Kloosters”? ¿Qué te impulsó a lanzar tu marca?
La idea nace en 2009, cuando dejé de usar cosas de cuero. Tenía muchas ganas de tener una marca que, más que nada, cubriera una necesidad personal, porque no había ninguna que no trabajara con diseños que no sean de cuero, lindos y de buena calidad. Ese año me junté con mi prima, Maria Pomarada, que actualmente es mi socia, y por una cosa u otra, no pudimos concretar. Yo estaba trabajando mucho y no podía arrancar una empresa. De todos modos, mandamos a hacer muestras, vimos materiales, pero quedó ahí latente. Hace tres años, en el 2014 nos volvimos a reunir y dijimos: “bueno, vamos a hacerlo”. Era el momento para cada una y ahí surgió.
En lo personal, me influyeron muchos factores pero principalmente me interesaba tener mi empresa y mi trabajo fuera de la actuación: tener algo que fuera mío. Por otro lado, ofrecerle a la gente un producto que no sea de cuero y que esté bueno. La marca fue súper bien recibida porque no apuntamos solamente a la vegana que no usa cuero, sino a todas las mujeres que aman los zapatos y que quieren estar cómodas todo el día.
¿Una anécdota de tu infancia que recuerdes con alegría?
Me acuerdo de los días que pasábamos en la casa de mis primas. Somos muchas de la misma edad, nos llevamos uno o dos años, y nos juntábamos todos los fines de semana en la casa de una o de otra en la pileta. Era lo más.
¿Qué esperás de este 2018?
Espero que sea un buen año, en general, para todo nuestro lindo país, que crezcamos como argentinos. En lo personal, espero que tengamos un buen año en familia y un buen año de trabajo. El 2017 fue muy intenso a nivel profesional, por eso este año decidí dedicarme un poco más a mi hija y a Kloosters. Espero que sea un buen año para todos mis proyectos.