"El precio no lo ponemos a ojo -explica Federico Ricotini, gerente del Windsor-; cada ítem está calculado en una planilla y se suma todo. La propuesta de esta Cena Premium era desafiante por la calidad de los insumos pero nos parecía que había mercado".
Y sí, lo hubo: los 43 lugares disponibles en Sibaris estuvieron completos y -arrancando a las 21.30- a las 2 AM todavía quedaban las últimas mesas entre brindis y risas.
Con preminencia de hombres en el salón (la carne es un alimento que convoca más al universo masculino), la sucesión de platos incluía ossobuco braseado, cordero hampshire down, ceja de bife y agua de wagyu entre otros cortes, todos maridados con vinos magnum (los que se embotellan en 1.500 cc) de bodegas Tikal, Viña Cobos, Luigi Bosco, Cruzat, Miedra Negra, Caro y Colomé.
En un mercado que se autopercibe como "ratón", la jugada del Windsor expandió la cancha: pensar en una cena arriba de los $ 5.000 por persona no es "sólo para Buenos Aires" y -si otorga el valor que promete- tiene demanda en Córdoba.