Entre otras cuestiones, a las cabras se las distingue porque para ellas pareciera no haber obstáculos. Quienes han andado por las montañas seguro las habrán observado en laderas con pendientes agudas o trepadas a grandes árboles.
Esa tenacidad parece ser también patrimonio de quien las cría (no hay cabra que no se parezca al dueño, vendría a ser el dicho). En este caso, la familia Ruiz es un buen ejemplo. Comenzaron a fines de los 90 con la idea de elaborar quesos de cabra en un campo en Santo Domingo, cerca de Cruz del Eje.
"Recién en 2005 comenzamos la producción, con mi padre al frente de este emprendimiento, y cuando observamos que mucha gente nos pedía el producto porque lo querían como sustituto de la leche vacuna nos decidimos por ser la primera (NdR: de allí la marca) fábrica de leche de cabra en polvo del país", cuenta Gonzalo Ruiz, desde la empresa.
El hecho que sea en polvo responde a una cuestión clave de este producto: las cabras criollas sólo dan leche de diciembre a febrero por lo que al disecarla se puede comercializar a lo largo del año al tiempo que se mantienen las virtudes nutricionales de este producto.
A poco de comenzar los Ruiz advirtieron que tenían un producto que era algo más que un alimento: era también una solución a un problema de salud pública: el 10% de la población infantil es intolerante a derivados de lácteos vacunos y por su cualidad hipoalergénica, la leche caprina es ideal para estos casos.
"Hoy todo lo que producimos es para esta línea pediátrica, pero estamos trabajando para conseguir capital e invertir en una línea nutricional de La Primera; la leche de cabra en todo el mundo es una opción a la leche vacuna para el público en general por sus virtudes proteicas y menor contenido graso", comenta.
Este año van a producir 80.000 estuches de 250 gramos, un 55% más de los despachados en 2013. El año pròximo superarán las 100.000 unidades.
Las inversiones también contemplan una planta para disecar y fraccionar la leche, tareas que hoy tercerizan en usinas lácteas de James Craik y Monte Cristo, y desarrollos genéticos con chivos neozelandeses ya que la estacionalidad de la producción mencionada es patrimonio de las cabras argentinas.
Detrás de estos planes está el objetivo principal: aumentar la escala de producción para bajar costos y mejorar la competencia vía precios con la leche vacuna. Hoy el precio de la leche de cabra está hasta un 50% por encima.
Un proyecto de triple impacto
De manera directa, Alimentaria Caprina SRL da trabajo a unas 20 personas "pero son unas 300 familias rurales las que dependen de la leche que les compramos", acota Ruiz.
De aquellas 600 cabras con las que empezaron hoy crearon una cuenca caprina con 5.000 cabezas.
El joven agrega que la pyme tiene una mirada clara: "queremos ser una empresa de triple impacto y estamos trabajando para eso". Más allá del impacto económico, necesario para hacer sustentable toda empresa, y cuidar el impacto ambiental, "tenemos programas propios para mejorar la calidad de vida de estas familias, no tenemos relación comercial solo 4 meses al año, la relación es durante el resto del año", acota.
¿Exportación?
Hasta ahora el nivel de producción no nos deja llegar a Uruguay y Chile, de donde hemos tenido pedidos, pero somos conscientes que tenemos una responsabilidad social en nuestro producto. Puede sonar bien que exportamos, pero la leche de cabra es hoy una solución para muchos chicos que no pueden tomar la de vaca y nos enfocamos en el mercado interno. Más adelante se puede dar", concluyó. (GL)
Características de la leche caprina
A diferencia de la leche vacuna, la caprina posee un alto poder de digestibilidad: sus glóbulos grasos son muchos más pequeños que los de la leche vacuna, y su concentración, el doble, lo que disminuye notablemente el tiempo de residencia en el estómago y el tránsito intestinal.
Sus importantes niveles de hierro la hacen especialmente indicada en casos de anemia. Es rica en ácidos grasos: Cáprico, Caprílico y Capróico, estos proveen de energía para el crecimiento y tienen efectos hipocolesterolémicos.