Desde hace 2 años vienen trabajando en una reestructuración de la empresa. Sería algo así como llevar una empresa con casi 60 años de historia, al siglo 21. “La empresa tiene una identidad muy fuerte, una impronta de familia y una cultura organizacional que pretendemos conservar. En la empresa conviven distintas generaciones de personas: apuntamos a conservar esos valores y sumarle capacitación para que los trabajadores tengan la capacidad de acompañar la transformación. Hoy la empresa está virando hacia un modelo de automatización, donde trabajamos muchas cosas vinculadas a la innovación”, comienza Juan José Blangino, representante de la segunda generación de la empresa fundada hace 56 años en Monte Cristo (Córdoba).
Eso, como parte del trabajo interno de la compañía, pero también ponen mucha atención en lo que ofrecen a sus clientes. Y allí tienen grandes novedades en cuanto a la sustentabilidad en todos sus procesos y productos, la accesibilidad (de la mano de los diseños de su producción) y todo con perspectiva de género.
“No estamos inventando nada, estamos incorporando nuevas perspectivas que están en la agenda del mundo y sentimos que no podemos mirar para otro lado. Son las cosas que van a hacer que realmente podamos tener un progreso como sociedad”, dice.
No solo los mosaicos con vidrio reciclado (la producción completa)
“Trabajamos dos conceptos de sustentabilidad en los pisos: por un lado el reciclado de vidrios, un material noble pero difícil de reciclar por el bajo precio y el peso”, describe Blangino, a cargo del área de RSE de la empresa. Esta nueva línea saldrá al mercado antes de fin de año.
Pero no son los únicos pisos sustentables que hacen. Todo el residuo que generan en el proceso de pulido al que se someten todos los mosaicos de la fábrica, antes se disponía en canteras para “relleno”. “Hoy lo que hacemos es un secado natural de ese barro que generamos. Por evaporación el excedente de agua vuelve al ambiente y lo que nos queda es un material calcáreo que lo recibe Holcim (nuestra proveedora de cemento) y lo vuelve a incorporar al proceso de fabricación. Esto quiere decir que nuestro residuo vuelve a un círculo virtuoso, es decir parte del cemento que usamos tiene parte de nuestro residuo. De esta forma toda la gama de nuestros productos son sustentables”, explica Blangino.
El mapa de Blangino hoy
La planta de producción está en Monte Cristo, desde allí salen los mosaicos que van a todo el país y los que se exportan.
La cadena comercial está conformada por 7 bocas de venta propias distribuidas en Córdoba, Rosario, Santa Fe, Santiago del Estero y Buenos Aires; 30 franquicias (representaciones directas) en todo el país y en Bolivia, Paraguay, Uruguay y Chile; y 300 puntos de venta indirectos (corralones y ferreterías). "Además estamos avanzando con una representación en Australia, donde ya enviamos algunos materiales puntuales. Creemos que podemos llegar a sumar 5 franquicias más el próximo año, mientras que fortalecemos las que tenemos”, adelantan.
Entre todos los productos que comercializan, fabrican un total de 200.000 m2 por mes. Por día pueden hacer entre 10.000 m2 y 14.000 m2.
Adoquines (nueva línea operada por mujeres)
"Estamos esperando una nueva máquina para producir adoquines. Es un mercado que se viene trabajando muy bien. Es un producto muy elegido en pueblos y comunas porque termina siendo una gran solución para el tránsito liviano y pesado. Es un producto noble. Además tiene una gran ventaja: te permite sacarlo para hacer una obra de infraestructura y volver a colocar el mismo", describe Juan José.
Esta nueva línea de producción estará operativa a fin de año o principios de 2023. Con esta máquina triplicarán su capacidad productiva de adoquines, pudiendo escalar a los 17.000 m2 diarios.
Y hablando de cambios de paradigma, desde la compañía adelantan: "La idea es que la línea sea operada 100% por mujeres".
Con el foco en el consumidor final
“Siempre se pensó en el mosaico como un producto más apuntado a la obra pública, por la nobleza que tiene, pero ahora estamos reposicionando al producto para el consumidor final, para el que se está haciendo la casa o encarando una ampliación”, manifiesta el responsable de RSE.
El mix de Blangino hoy está compuesto de la siguiente manera:
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el 50% de la venta es para obra pública, y
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el 50% restante para consumidor final.
La idea es avanzar en este segundo tramo y llegar a un 70% de ventas para obras privadas y un 30% de obras públicas.