La iniciativa surge con la intención de crear elementos que puedan acompañar momentos de relajación y calma, sin perder de vista el impacto ecológico que esto pueda generar. “Por lo que desde un inicio la búsqueda estuvo enfocada en utilizar materiales que sean lo más naturales posible, y reducir al máximo el desecho que derive del proceso de confección y producción. A su vez, tratamos de hacer productos que tengan una larga durabilidad y evitar así el descarte constante de desechos”, cuenta Josefina Sánchez, diseñadora y creadora de la marca.
Los zafus y los bolsters son accesorios claves para la práctica del yoga elaborados con relleno de estopa de algodón o de trigo sarraceno, un pseudocereal libre de gluten apto para ser usados para personas con celiaquía o alguna intolerancia de este tipo.
“El material que uso para hacer los zafus y los bolsters es la tela, la cual busco que sea 100% de algodón, sin elastano ni poliéster, al igual que las cintas y cordones que anexo como accesorio a algunos productos”, añade Josefina.
Para el relleno de los elementos utiliza cáscara de trigo sarraceno, la cual se vuelve desecho una vez que se separa del grano y en general es descartada. También usa semillas de lino y flores de lavanda; estopa de algodón reciclada, que la combina con los restos textiles que se producen en el proceso de confección de la marca.
Además, también reutiliza bolsas plásticas de azúcar de 50 kg provenientes de la actividad fabril para producir las bolsas donde entrega los productos.
Circuito virtuoso y circular
La estopa de algodón reciclada se la compra a un productor independiente, quien realiza el proceso de desfibrado de telas y las comercializa. Él obtiene el material de desechos de fábricas textiles cordobesas que confeccionan principalmente jeans y ropa de trabajo.
A su vez, también recibe donaciones de retazos provenientes de emprendimientos que producen prendas de ropa, las cuales no siempre son de algodón, pero ahí es donde prioriza el reciclaje antes del descarte.
Las almohadillas se usan para una sesión relajante y están rellenas de lino y flores de lavanda. Vienen en dos formatos, mini y doble y son aptas para ser usadas calientes o frías. En el relleno utilizan semillas de lino que son grandes aliadas térmicas, porque absorben y retienen tanto el frío como el calor por largos períodos de tiempo.
Los costos de zafus y bolsters rondan entre los $ 7.000 y $ 8.000 mientras que las almohaditas entre los $ 2.000 y $ 3.600.
Además, crea originales diseños de Porta Mats y productos personalizados como lonas, manteles, nuqueras y otros accesorios. Los Porta Mats son bien espaciosos para que entre el mat, además tienen un bolsillo exterior para guardar cosas pequeñas como llaves.
Las bolsas que utilizan en su packaging son todas reutilizadas y resistentes, ideales también para trasladar cuadernos y otros materiales de estudio, o para llevar un abrigo.
Al ser materiales confeccionados con telas naturales no es recomendable exponerlas mucho tiempo al sol, ni utilizarlas con elementos que puedan desgarrarlas. En cuanto a las almohadillas, lo ideal es mantenerlas en el freezer dentro de una bolsa del tipo ziploc, mientras no se la esté utilizando.
Para el 2024 los desafíos que tienen apuntan a poder sumar más productos a la propuesta, encontrar otros emprendimientos y proyectos con una visión similar para trabajar en conjunto y hallar nuevas maneras de llevar el proceso de producción hacia una estructura más cooperativa.