La importancia de las compañías familiares ya no se discute. No solo para los miembros del propio clan sino también para la economía y la sociedad en general: ellas aportan un elevado porcentaje del PBI, son las principales generadoras de empleo privado, reinvierten en el país, entre otras bondades y no debemos dejar de destacar el impacto social que tienen en la región en donde están inmersas.
Pero, lamentablemente, las estadísticas demuestran el alto grado de desaparición que ellas tienen, debido básicamente a motivos de índole familiar más que económico.
“Desde nuestra visión esto se da por la falta de conocimiento y aplicación de las herramientas de gestión empresarial y familiar”, señalan las especialistas de la Universidad Católica de Córdoba.
Sostienen que al estar inmersa la familia en la gestión muchas cuestiones se manejan por intuición, las decisiones se toman en ámbitos informales y por la cercanía de los lazos y el nivel de confianza hace que las herramientas del management empresarial no se apliquen. “Por el otro costado, sobre todo en las etapas iniciales, el negocio familiar absorbe todo el tiempo y demás recursos del fundador y su familia en pos al crecimiento de la organización. Esas prácticas que facilitan el rápido crecimiento, se mantienen mayormente en el tiempo generando ciertas fricciones producto de una falta de gestión adecuada a las necesidades de la empresa y de la familia empresaria”, subrayan.
Algunos tips imprescindibles para su gestión:
- Reconocer en qué ciclo de vida de la empresa estamos e implementar las herramientas de gestión empresarial tendientes a la profesionalización. Esto es un plan estratégico, organigrama, descripción de funciones, sistemas de remuneraciones acorde al puesto, indicadores de gestión, mecanismos de control, etcétera. Siempre adecuado al tamaño del negocio.
- La empresa familiar como tal tiene grandes ventajas competitivas por estar involucrada la familia y es este hecho la que la hace crecer rápidamente. No obstante, es de suma importancia reconocer los espacios empresa y familia, para lo cual deberán tenerse muy en claro cuáles son los límites de cada sistema. Acordarlos en familia, ponerlos por escrito y respetarlos. Debemos pactar cuestiones claves como: la incorporación de las nuevas generaciones, cómo será el traspaso generacional, cómo se elegirá el próximo líder, cuál será el plan de formación para los accionistas ya que no todos trabajarán en la empresa familiar, pero votarán en la junta de accionistas, cómo se realizará la distribución de utilidades (¿cuánto se distribuirá?, ¿cuánto se reinvertirá?, ¿haremos reservas para contingencias, atenciones económicas, etcétera?). Estos son algunos de los puntos que deben gestionarse dentro de la familia empresaria para evitar conflictos y ruptura que atenten contra la continuidad.
- Implementar las herramientas no basta. Un aspecto fundamental es la existencia de los órganos de gobierno activos tanto en lo empresarial como en lo familiar. Los que gobiernen la empresa: Junta de accionistas o propietarios ¿qué queremos?, directorio ¿a dónde vamos? y gerencias ¿cómo lo hacemos? Los que gobiernan la familia empresaria: Consejo de familia ¿cómo nos vinculamos en la relación empresa-familia, familia-empresa?, Family Office ¿cómo gestionamos el patrimonio familiar? y otros comités en caso de ser necesarios. La existencia de órganos de gobierno activos empresarial y familiar favorecerá la continuidad del legado de manera armónica y equilibrada en pos a un crecimiento de la empresa y vínculos familiares en armonía.
- Es clave destacar que el secreto es adecuar los instrumentos al tamaño de la empresa, la complejidad de la familia, la evolución del patrimonio y los intereses de cada uno de los miembros de la familia empresaria respetando el desarrollo personal de cada miembro. Todos los integrantes de la familia trabajen o no dentro de la empresa serán parte de ella si se desea la continuidad, por lo tanto, todos deberán estar informados e involucrados.
Por último, Lucero Bringas y Ribbert resaltan una “Regla de Oro” de la empresa familiar:
“Nunca es demasiado temprano para comenzar a gestionar la empresa y la familia empresaria”.