Con un local renovado, expandieron su espacio de panadería (y pastelería) e incorporaron la producción y venta al público de helados totalmente artesanales. Aseguran que muchos de los productos nacen de los gustos de sus clientes.
El lugar cuenta con tres espacios: el salón principal de Panicafé que conjuga cafetería, panadería y heladería; un espacio techado en el exterior; y otro, descubierto totalmente con vista a la Av. Rafael Nuñez. Tienen una capacidad para albergar cerca de 180 personas y una apertura en amplios horarios desde las 7 am hasta las 11:00 u 3:00 (dependiendo los días de la semana y las estaciones del año).
Además de anticiparse al verano con la venta de helados, ya tienen en mente el proyecto de seguir creciendo mediante franquicias, pero garantizando la misma calidad artesanal de todos sus productos en cada nuevo local que pueda llegar a abrir.
La idea es poder afianzarse como local con estas nuevas incorporaciones y, de ahí, poder expandirse. No descartan la idea de poder crecer de forma separada: heladerías por un lado, panaderías por otro. Todo esto depende de los requerimientos de cada cliente y de los espacios físicos con los que cuenten.
El punto de amalgama y cualidad distintiva de los formatos de Panicafé es que trabajan con productos totalmente naturales y artesanales. Se tratan de alimentos seleccionados, los mejores en cada categoría, testeados por su calidad y sabor. Recetas caseras, elaboradas con pasión.
Cuentan con cerca de 30 personas en todas las áreas (cocina, maestros panaderos, heladeros, etc.) que se encargan, no sólo de atender y recibir clientes en el local de Rafael Núñez, sino de elaborar los productos que - a partir de ahora - se podrán comprar y llevar a casa.