El álbum con fotos de la familia de JPC se completa. Son innumerables los actos organizados con el objetivo de bajar la espuma a las internas entre sus dirigentes, para dar una muestra de fortaleza al peronismo que sigue de cerca el historial de divisiones de la fuerza fundada por la UCR, el PRO y la Coalición Cívica-ARI. Pero a diferencia de todas las cumbres, esta es la primera que se realiza sin el marco de una campaña electoral o con motivo de la visita de popes de la alianza.
En la mañana de ayer, quedó constituida formalmente la Mesa Provincial de Juntos por el Cambio. El encuentro fue promovido por los titulares de los partidos Marcos Carasso (UCR), Oscar Agost Carreño (PRO), Ernesto Martínez (FC), Gregorio Hernández Maqueda (CC ARI), Gastón Dueñas (Primero la Gente) y Martín Carranza Torres (Liberal Republicano).
La asistencia fue casi perfecta y las ausencias fueron disfrazadas, como indica el manual. Las sillas en este “tablón” político fueron ocupadas por los legisladores nacionales Luis Juez, Carmen Álvarez Rivero, Mario Negri, Rodrigo De Loredo, Gustavo Santos, Leonor Martínez Villada, Héctor Baldassi, Hugo Romero, Soher El Sukaria, Laura Rodríguez Machado, Gabriela Brouwer de Koning, Adriana Ruarte y Soledad Carrizo; los legisladores provinciales Juan Jure, Silvia Paleo y Cecilia Irazuzta y los intendentes Ariel Grich, Marcos Ferrer y Teresa de Vélez.
Participaron también los dirigentes radicales Oscar Aguad y Ramón Mestre, así como los representantes de las Juventudes de los partidos Constanza Córdoba Acosta (UCR), Jessica Rovetto Yapur (PRO), Agustín Nostrala (FC), Maximiliano Arnosio (CC ARI), Martín Pereyra (Primero la Gente) y David Magnin (Liberal Republicano).
No estuvieron presentes el radical Orlando Arduh y el macrista Darío Capitani, ambos enfrentados a sus conmilitones con motivo de la ley del juego online. Juez había vetado por este motivo su participación, generando fuertes cruces y divisiones en JPC. Los organizadores justificaron el vacío con la formalidad: sólo un legislador por partido podría participar de la foto. La ausencia de intendentes importantes fue notoria, como el del kilómetro cero del cambio, el marcosjuarense Pedro Dellarossa.
“La constitución de la mesa es una iniciativa positiva, pero se nota que aplicaron un veto explícito: participaron todos los senadores y diputados nacionales, pero no los 15 legisladores provinciales de JPC ni intendentes ni dirigentes que lo conforman. Sin dudas, con algún tipo de responsabilidad política, las próximas convocatorias irán mejorando la dinámica del espacio”, dijo a Alfil un hombre cercano a los legisladores de JPC.
Arduh prefirió responder con un enunciado estrictamente formal. “Es una buena noticia la confirmación de la Mesa de JXC en Córdoba. Bregamos por el diálogo y la participación: son muchos los desafíos que se vienen por delante”, aseguró. En tanto, Capitani viajó a Buenos Aires para mantener reuniones políticas con el exjefe de gabinete de Mauricio Macri, Marcos Peña, y el monozoísta, Nicolás Massot, entre otros.
El lanzamiento no borrará las fisuras expuestas, ni esconde el apresuramiento de algunos dirigentes en cerrar filas para asegurarse un espacio expectable en el 2023. El acto de ayer es una declaración de voluntad, que sobrevuela las aspiraciones de las fuerzas políticas que la componen. Y, especialmente, la de los dirigentes fortalecidos por el contundente triunfo en las elecciones legislativas pasadas.
Los macristas Gustavo Santos y Soher El Sukaria estuvieron presentes, sin embargo, la ausencia de Capitani en su rol de armador político es la ratificación de que esa ala del PRO no está dispuesta a dejarle en bandeja la candidatura a gobernador a Juez.
La división que el senador intenta en el espacio amarillo, con la complicidad de Patricia Bullrich, permite hacer dos observaciones. La primera: entre los miembros de la alianza, esta vez, observan que la unidad radical es posible. Y, la segunda: que el expresidente buscará reflotar a un hombre propio para la gobernación para pelear ese lugar, o bien, para que reste peso político a alguna de las opciones provinciales de los aliados.
Precisamente fue Rodrigo de Loredo quien habló de unidad estratégica al término del encuentro. “No hay individualidad más importante que el colectivo que es nuestro frente. Ya se demostró potencia desde lo electoral, ahora debe mostrar solidez desde lo conceptual y grandeza para convocar”, opinó. Y agregó, con la mira puesta en El Panal: “Nuestra provincia merece un cambio de rumbo frente al statu quo de HPC, y solo se logrará con unidad estratégica, lo que no implica estar de acuerdo en todo. Las diferencias, existiendo reglas de juego, nos fortalecen”.
Hacemos por Córdoba. Tres palabras bastan para explicar -hoy- cuál es la principal fractura de JPC en Córdoba, más allá de las internas permanentes, del juego de desconfianzas y reproches antes expuestos.
Uno de los cruces más picantes de la reunión de ayer tuvo este eje como debate. Fue el macrista Santos quien recordó a sus socios que JPC comparte electorado con el espacio que lidera el gobernador Juan Schiaretti que, como si fuera poco, ostenta gran aceptación popular. Como se sabe, esta ala amarilla propone continuidad con cambio, una definición que rechazan de plano radicales y lilitos.
Su compañero de gabinete durante el gobierno de Macri, Oscar Aguad, rechazó tibiezas a la hora de rivalizar con los peronistas, quienes promediarán un cuarto de siglo en el poder. La amarilla Rodríguez Machado se sumó a esta postura (conforme a la posición dura de su líder en este tema, Bullrich) y el remate estuvo a cargo de Hernández Maqueda.
El lilito se lleva el mérito de insistir con la institucionalización de JPC, pero advirtió a los presentes que se reserva el derecho de retirarse si se atentan contra las bases innegociables del espacio, muy crítico con el PJ cordobés.
Formalidades
Con las consignas expuestas y el lanzamiento consumado, el desafío inmediato es formar una mesa operativa que trabaje sobre los siguientes ejes, según definieron en el mitin: 1) afrontar la agenda política cordobesa; 2) asegurar que las legítimas y necesarias aspiraciones personales o grupales puedan ser canalizadas mediante mecanismos democráticos que aseguren las candidaturas que la coalición presente en las elecciones de 2023, respetando las normas internas de cada partido; y 3) invitar a fuerzas y dirigentes políticos, sectores sociales y empresariales, así como a ciudadanos comprometidos con los valores y objetivos de Juntos por el Cambio a que se incorporen al trabajo conjunto.
Cómo acotaran el tablón en una mesa de decisión es el gran interrogante. La semana que viene los presidentes de los seis partidos unidos en JPC trabajarán en algunos bocetos de conformación para comenzar a debatir cómo se elegirán candidatos. Si será por el método de las encuestas, con internas abiertas o cerradas. En junio, el mecanismo de elección debería estar definido para que la coalición determine quiénes serán los representantes electorales para la provincia, la ciudad y otros municipios clave.