No hay cosa más relajante que ver verde por la ventana. Cualquier enredadera que cubra un tapial distiende y otorga intimidad. Sin embargo, suelen pasar años para que una madreselva, un jazmín o una enamorada del muro logre tapar toda la superficie en cuestión.
Los cercos de pasto sintético aceleran ese proceso y permiten tener muros verdes antes, durante y después de que crezcan las plantas. En Pilar, la fábrica Vert Deco Cercos elabora cerramientos de PVC que simulan muros verdes naturales.
Nicolás Hermida, director de la empresa, enumera los múltiples usos que tiene el producto: no sólo permite cercar terrenos en barrios donde no están permitidos los tapiales de cemento, sino que también sirven como jardines verticales y para dividir espacios dentro de una vivienda o un local comercial.
“La idea original nace en Europa, a partir de una tendencia creciente. Nosotros tuvimos que adaptar las máquinas que conseguimos en el país. Aunque la forma de hacer los tejidos es diferente, nuestra empresa surge de un producto que está muy de moda en el viejo continente”, cuenta apasionado.
En qué consiste el producto
El pasto sintético se elabora a partir de rollos importados de PVC. El material se divide en hebras y cada una de ellas se va entrelazando en un doble alambre. El producto pasó por distintas pruebas de ensayo y error hasta llegar a ser lo que es hoy.
“Uno de nuestros principales desafíos fue adaptar las máquinas, porque no existen en el país. También lograr que las hebras no se rompan al pasar por la matriz. Probamos con distintos lubricantes hasta dar con los adecuados. Hicimos pruebas con lámparas UV que nos estimaron una durabilidad superior a los 10 años”, agrega.
Cada hebra se entrelaza en un doble alambre. Se utilizan distintos lubricantes para que la cinta no se desgrane al pasar por la matriz.
Los cercos de Vert se elaboran en dos tonos de verde para imitar una enredadera. Se comercializan en medidas estandarizadas: cinco metros de largo y tres alturas diferentes (1,20; 1,50 y 1,80). Sin embargo, tanto el tamaño como el color se pueden modificar a pedido del cliente. “Si alguien quiere hacerlo rojo y blanco porque es hincha de Instituto –bromea Nicolás–, se puede hacer tranquilamente”.
El cerco es ignífugo y permite la colocación de luces en su interior. Cada paño se instala de la misma manera que un cercado perimetral tradicional: mediante postes.
Al ser instalados en El Rodeo (Catamarca) y en viñedos de Mendoza se comprobó que no se embolsa ya que el viento logra pasar por los espacios vacíos de la trama. En algunas viviendas donde fueron colocados, sus dueños dejaron crecer enredaderas entre sus hebras.