El servicio de atención médica domiciliaria, también conocido como atención médica en el hogar, es un tipo de atención que se brinda directamente en el domicilio de una persona. Así, evita tener que ir a un hospital o centro médico.
Además, también es útil para descomprimir la demanda que suele darse en la guardia de las clínicas, evitando demoras. Es que muchas de las consultas habituales de una guardia en cualquier institución de salud suelen ser patologías ambulatorias.
Con este último objetivo nació hace cuatro años en la ciudad de Río Segundo el SAD, el único servicio médico a domicilio de la zona. “Surgió para disminuir la demanda de la guardia y evitar quejas por demora”, dice Gerardo Moyano, dueño de la clínica privada Sarmiento y responsable del SAD.
Según Moyano, las consultas en la guardia de la clínica Sarmiento bajaron cerca del 40 por ciento en lo que va de 2023 gracias a este servicio.
Además de este beneficio, explica que esto les permite brindar una mejor calidad de atención y humanizar más la medicina.
“El SAD empezó con un concepto de enfermería. Después se le agregó atención domiciliaria y hoy cumple la función de una guardia móvil”, dice Moyano.
También hacen traslados. “Lo que no hacemos son emergencias, aunque generalmente el paramédico asiste al domicilio dentro de los primeros diez o quince minutos del llamado”, explica.
Cómo funciona el SAD
Según se indicó, tras un llamado telefónico de un paciente primero va enfermería al domicilio y hace la asistencia de base. Si es necesario se le programa en el día una visita médica. “Y si requiere más complejidad se lo traslada en nuestras ambulancias”, cuenta Moyano.
Unos 700 grupos familiares entre Río Segundo y Pilar, y especialmente adultos mayores, usan el servicio, que funciona las 24 horas. “Es algo muy útil y de bajo costo”, destaca el responsable del SAD. Y agrega que el objetivo es llegar a las 1.500 familias.
Además, Moyano cuenta que la atención en el hogar genera un trato más cálido entre el paciente y el personal médico. “Nuestros paramédicos conocen a los pacientes. Van a su casa, conversan y toman mates”, dice.