A un año de la gesta histórica de la Selección Argentina en Qatar, dos películas se estrenaron esta semana: “Elijo Creer”, la que promocionan como “la película de la selección” producida por la Asociación de Fútbol Argentino y “Muchachos”, la llamada “película de la gente”, con textos de Hernán Casciari y narrada por otro titán, Guillermo Francella.
Puntos a favor (y en contra) de Elijo Creer
Un acierto: el narrador. Ricardo Darín trascendió su persona (su imagen) y su sola voz ya es marca registrada, sinónimo de intimismo y emoción. Desde la primera frase que relata, hace erizar la piel.
Segundo acierto: el testimonio de los jugadores de la selección. Se sueltan a cámara y rememoran y le ponen sentimiento a cada gol, a cada pase y a cada jugada de todos los cruces en Qatar. La gran ausencia es la del “Papu” Gómez, que no aparece en ningún relato -y eso, más que un acierto, hace ruido-.
Antes de pasar al tercer acierto debo confesar que no encontré en la peli, un guiño que me lleve a descubrir “algo que no se haya visto ya”, un rulo que muestre a la selección campeona desde otra perspectiva. No. Eso me faltó. Dicho esto, puedo pasar al tercero de los aciertos.
Dos testimonios inéditos: sin ánimos de spoilear, solo diré que la peli recupera un video de Lionel Scaloni cuando termina el partido contra Arabia Saudita en el que perdimos. Impacta su lucidez (hasta ahí les cuento). La otra novedad es el relato de Rodrigo De Paul sobre su lesión en octavos de final. Si bien fue pública, la trastienda fue poco conocida.
Cuarto: la voz de Marito Di Stéfano, el utilero. Imposible no sacar los pañuelos de la mochila.
Y como en Titanic -que desde el comienzo sabemos el final de la película-, en esta también lo conocemos: no hay margen para que el final no sea glorioso. No obstante faltan algunas voces (además de la del Papu, claro). La de varios protagonistas de la gesta histórica como Tagliafico, McAllister, el Cuti, o Lautaro Martínez. Faltan Aimar, los preparadores, y el Kun. Y los testimonios de las glorias pasadas (hubiera sido un buen giro). Falta, también, el “andá p´allá, bobo” (¿a pedido del propio Messi?). ¿Y el Chiqui Tapia? Sobra.