Quizás te estés preguntando “¿cómo puede bajar el consumo de vino, si en Instagram me canso de ver historias con copas?”. También es válido razonar que, con supermercados y muchos negocios abiertos, el impacto en este sector no debería ser tan significativo. Sin embargo, desde COVIAR aseguran que durante marzo del 2020 la industria ha percibido una caída del 30% (en comparación al mismo mes en 2019), y predicen un panorama similar para las ventas de abril.
¿A qué se debe este fenómeno entonces? Según el reporte realizado por la entidad, parte de la explicación se encuentra en la disminución de las ventas en el canal “botella abierta”.
Aunque cerca del 70% del vino comercializado en argentina llega a los consumidores finales mediante canales tradicionales (supermercados, almacenes, autoservicios, etc.), más de un cuarto de la producción total se vende en restaurantes, bares y hoteles, así como en otros recintos vinculados al “enoturismo”.
Según la entidad, estas últimas vías de distribución han disminuido prácticamente a cero sus ventas, complicando de manera significativa a los productores.
En el caso del enoturismo, COVIAR caracteriza a la situación de “crítica”, debido a que se trata de una de las últimas actividades que podrán retomar el trabajo con normalidad. En ese sentido, destacan la importancia de este sector, que está compuesto por cerca de 245 bodegas distribuidas en el país, que representa cerca de 872 puestos laborales permanentes (y 351 empleos transitorios).
Las exportaciones
El informe presentado resalta que, en 2019, “la cadena vitivinícola exportó alrededor de 300 millones de litros de vino. También se comercializaron en el año 140.000 toneladas de jugo de uva, 36.000 toneladas de pasa y 7.000 toneladas de uva en fresco”. En otras palabras, se estima que 1 de cada 3 kilos de uva producidos en Argentina tiene como destino el mercado internacional.
Esto representa un problema actualmente, debido a las dificultades de enviar productos al extranjero por la pandemia. Según el Observatorio Vitivinícola Argentino (citado en el informe de COVIAR), durante la segunda quincena de marzo se observó una caída del 21% (en valores FOB), con un volumen de este porcentaje en torno al 19,4%.
A su vez, se prevé el ralentizamiento de la cadena de pago del sector externo, extendiéndose las cobranzas en el tiempo y generando desfasajes y mayores costos financieros para las empresas locales.
¿Qué pide la COVIAR?
Frente a este difícil panorama, la industria vitivinícola solicitó -a través de la Corporación Vitivinícola- la intervención del Ministerio de Producción mediante la inclusión del sector en el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción.