"Nuestro negocio no es jugar al ping pong, es entregar desarrollos que agreguen valor al cliente".
Santiago sabe que los trabajadores de las techies tienen ciertos clichés y que muchas empresas los "enganchan" con cuestiones más lúdicas que profesionales.
"Nuestra empresa tiene todas las cuestiones lúdicas que se te puedan ocurrir, eventos para compartir con las familias de los chicos, hasta un pub (risas) (NdR: The Tech Pub queda en el cuarto piso del edificio). Eso sí, estamos lejos de los espejitos de colores. Nuestro negocio no es jugar al ping pong, es entregar desarrollos que agreguen valor al cliente. Vamos al hueso: los vectores de la compañía son los valores de los seres humanos y el conocimiento".
Jovial pero con canas y conceptos que denotan experiencia, Juan Santiago, presidente y CEO de Santex podría ser definido como un soñador con los pies en la tierra.
Y quizás esa sensación que transmitió en la entrevista con InfoNegocios tenga que ver con la gesta de la compañía, allá por septiembre de 1999 en California, Estados Unidos, cuando el dueño de la empresa de catering para la que trabajaba le ofrece hacerse cargo del desarrollo on line del negocio.
Tras estudiar derecho y ciencias económicas en la UNC, Santiago había emigrado al país del norte, donde trabajó como mozo, instructor de snowboard y bañero, entre otras cuestiones.
"No estaba en el mundo tecnológico, yo sólo sabía lo que no quería hacer de mi vida", recuerda de aquel momento.
La que hoy es su mujer, Annet Koegler, a quien había conocido en 1998 y quien por entonces vivía en Alemania, lo ayudó con los primeros pasos de ese desarrollo que básicamente consistió en la digitalización de todas las áreas de esa compañía y una plataforma de e-commerce.
El éxito del desarrollo fue tal que varios empresarios empezaron a contactarlo para que hiciera trabajos similares para sus compañías.
El nombre Santex surge de San Diego Trade Exchange, "porque en un inicio la idea era desarrollar un sistema transaccional para los mercados bursátiles y como yo tenía experiencia en el comercio exterior el nombre surgió por ahí", cuenta.
15 años después, Santex es otra cosa.
"Hoy hacemos desarrollo de software a medida- explica-, soluciones tecnológicas a compañía medianas y grandes, que pueden ir desde el desarrollo de e-commerce hasta desarrollos que integran datos de las empresas o componentes tecnológicos para proyectos de expansión".
La firma está dividida en 7 hubs (grupos) especializado en cada solución. "Uno de ellos es el e-commerce, otro es el Content Delivery (entrega del contenido digital, como streaming), Big Data; Integración (integrar SAP con contenidos en la nube, por ejemplo)".
Sus productos y servicios son tan vastos como poco conocidos. Algunos ejemplos sirven de muestra: para Walmart desarrolló componenetes para la logística de todos los locales que la multinacional posee en Estados Unidos; desarrolló desde Córdoba el sitio web de la 52° edición de los premios Grammy y realiza el streaming para canales ESPN o Discovery Channel. Este último recibió un Emmy en la categoría “mejor relato multi/plataforma”.
"Nuestro mercado es Estados Unidos, que es el más demandante en cuestiones tecnológicas", señala. De cada US$ 100 que factura, 92 provienen de allí.
Cultura Santex
Entre empleados y contratados la empresa paga el sueldo a más de 200 especialistas, cuyas edades oscilan entre los 29 y 32 años.
"Nos hemos preocupado por marcar una diferencia y el componente capital humano en el servicio de valor agregado que brindamos es muy importante, por eso el ADN de nuestro negocio está en nuestra gente. Eso hace difícil entrar a trabajar en Santex, podés ser el mejor ingeniero en desarrollo pero si en tu ADN no está nuestra cultural organizacional es difícil que te contratemos.
-¿Cuál es la base de esa cultura organizacional?
- Es una organización muy abierta y tenemos un vínculo cotidiano con todos los que trabajan aquí, sabemos que hay mucha competencia en la industria y los escuchamos mucho. Los hacemos participar en la dirección en la que va la compañía. No tomamos decisiones dictatoriales.
Los planes: joint ventures sí; acciones, no
"Apuntamos a un crecimiento orgánico, no queremos hacerlo de manera explosiva. Si bien hemos crecido -en clientes, en personal, en facturación, en infraestructura- desde que inició la compañía, nos gusta hacerlo de manera controlada", dice Santiago, marcando diferencia con buena parte de las techies.
"Nos critican por ahí por no explotar como empresa tecnológica pero nosotros tenemos otro aproach, con vínculos con clientes muy a largo plazo", acota.
Con 5 oficinas en distintas partes del mundo (EE.UU., España, Córdoba) asegura que las nuevas aperturas no están en carpeta. "Tenemos tanto para crecer donde estamos que por ahora no tiene sentido abrir oficinas en otros países. Es tiempo para capitalizar los esfuerzos", indica. Pero anticipa: "Si analizamos establecer relaciones con otros países, con joint ventures, con empresas de Colombia o Chile".
¿Y el mercado interno?, preguntamos.
"Nunca tuvimos un plan pensado para el mercado interno - se sincera- pero el hecho de que la empresa haya impregnado en lo local, hizo que empresas cordobesas y argentinas nos estén empezando a pedir servicios. Eso sí, el estándar de calidad es el mismo que en otros países", dice.
La salida al mercado de capitales no está en los planes. "La empresa es sana desde el punto de vista financiero. Sí nos han ofrecido comprar la compañía, tanto inversores locales como extranjeros"
-¿Y?
-El 80% del tiempo que vivimos, haciendo números rápidamente, se pasa trabajando. Si encima hacés algo que no te gusta o con quienes no te llevás bien, te estás pegando un tiro en el pie vos mismo, por eso la mejor manera de poder hacerlo es teniendo tu propio emprendimiento, eso fue lo que a mí me pasó y entonces disfruto mucho de la compañía.
Si no hay un vínculo emocional con la empresa se siguen otras variables, que tienen más que ver con la conveniencia numérica y te empezas a alejar de la humanización de la compañía. Por eso, antes de tener un inversor externo prefiero venderla.
- La visión de Santex dice: "aspiramos a ser la mejor empresa de de desarrollo del mundo. Si esa es la cima de la montaña y vos y Annet arrancaron en la base, ¿dónde están hoy?
- Creo que estamos en el medio, nos queda un largo camino por recorrer.
"El ser el mejor del algo pasa por cómo perciben nuestros clientes nuestros servicios, no por ser la empresa más grande o la que más factura. Por eso somos certificados CMMI en desarrollos y en servicios, por ejemplo. Ser la mejor en un sentido más inclusivo, donde el desarrollo de software es una excusa.
Eso es tener responsabilidad empresaria y donde lo económico no es lo único que cuenta, donde la medición no sólo debe pasar por los números", cuenta. Con el espíritu de soñador intacto, pero sin quitar los pies de la tierra.
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