Sin prisa pero sin pausa, crecen las bodas gay (un negocio que empieza a progresar)
Si bien es cierto que desde la sanción de la ley de matrimonio igualitario las parejas gay empezaron tímidamente a festejar sus uniones (por caso, a mayo del año pasado sólo se habían contabilizado 86 bodas gay en 10 meses), lo cierto es que el negocio ya empieza a dar sus frutos. Y no cualquier fruto: “hace 9 años que me dedico a organizar fiestas y esta es la segunda vez que me toca organizar una boda de tres días”, cuenta Florencia Moyano Carranza, que en abril organizará su primera boda gay, nada menos que en La Angelina. ¿La fiesta? Serán tres eventos (uno cada día) entre la despedida de solteros el jueves, un viernes de té y el sábado el casamiento con ceremonia civil y espiritual.
Sucede que éste es un público mucho más exigente, que busca -ante todo- calidad, sin mostrar demasiados reparos en los gastos que conlleve la organización de sus fiestas.
“Nosotros fuimos pioneros en Córdoba y tenemos en nuestro haber la organización de más de 20 bodas gay acá; las características de estas bodas es que son más originales e innovadoras que los casamientos tradicionales”, explica Darío Tamanini, de Gold Life Group, al tiempo que nos cuenta que en agosto organizará en nuestra ciudad la boda de una pareja de argentinos que vive en Suiza y que viene a casarse al país.
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