- ¿Cómo describiría brevemente el proceso productivo de Savant?
El principal proceso de producción se alimenta de la excelencia en el desarrollo bajo los principios de calidad, desde el diseño (QBD) y la alineación de la producción a la demanda, a través del proceso S&OP en el marco del supply chain de la compañía.
El proceso productivo alcanza formas farmacéuticas sólidas, semisólidas, líquidas, cápsulas blandas y duras. El mismo se inicia con la solicitud de insumos para cada orden productiva al operador logístico de insumos, continúa con la pesada de los mismos, se prosigue con la etapa de elaboración específica de cada forma farmacéutica, luego con la etapa de fraccionamiento y acondicionamiento de los productos terminados, y finaliza con el almacenamiento en cuarentena de los mismos hasta su aprobación final de calidad.
Durante todo el proceso se llevan adelante estrictos controles en línea sistematizados, de procesos y auditorías, que aseguran la calidad del producto terminado, en el marco de un sistema de gestión calidad, regido por normativas de clase mundial, que garantiza a través de los análisis de riesgos de los productos, revisiones de producto, validaciones de los procesos, auditorías, capacitaciones, etc., la calidad absoluta del producto.
- ¿Qué estrategia utilizan para optimizar el servicio?
En la estrategia de Savant, el servicio tiene un rol fundamental y uno de los objetivos estratégicos del “Balanced Scorecard”, herramienta de gestión estratégica que utilizamos, es mejorar continuamente la cadena de valor.
Este objetivo estratégico se instrumenta en un proceso que se denomina S&OP (Sales & Operation Planning) y tiene como objetivo:
- Asegurar el abastecimiento de productos para alcanzar las metas de facturación del plan estratégico.
- Mejorar el nivel de servicio a los clientes, alineando la disponibilidad de productos con la demanda del mercado.
- Ser eficientes en la gestión del capital de trabajo.
Para asegurar la mejora continua se realizan espacios de gestión denominados SCM (Supply Chain Management), donde se analizan los resultados a través de indicadores y donde se toman definiciones de acciones a realizar con el fin de mejorar la gestión de los objetivos e indicadores.
- ¿La compañía mantiene normas de calidad?
En base a la criticidad de los procesos que conforman la actividad productiva de la industria farmacéutica, las “Buenas Prácticas de Manufactura” (BPM) exigen la presencia de un ente de control nacional, con el fin de regular el correcto funcionamiento de las distintas empresas farmacéuticas que se encuentran en el país.
En Argentina, el ente de control está representado por el INAME (Instituto Nacional de Medicamentos), dependiente a su vez de la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), que tiene la función principal de controlar a través de sus actividades que los productos comerciales y las máquinas e infraestructura cumplan con los requerimientos normativos, como así también capacitar a las empresas farmacéuticas en las últimas actualizaciones de las BPM (Norma 2819/04 en Argentina).
En la industria farmacéutica es fundamental la implementación de las BPM, siendo un requerimiento legal para su funcionamiento, además del permanente mantenimiento y actualización por las distintas entidades regulatorias sanitarias de los países. Las BPM son un sistema enfocado en velar por la calidad del producto final, cuyo resultado contribuye a garantizar la calidad del producto y a evitar las repeticiones de situaciones que le afecte.
A lo largo de los años, Savant ha adquirido nuevas certificaciones de calidad farmacéutica y, durante el 2014, recibió la inspección internacional Mercosur con la cual habilitó sus plantas y productos permitiendo la presentación de certificados y la comercialización de productos en Brasil, Uruguay y Paraguay. Además, esta habilitación le permite comercializar con todos los países de América del Sur de normativa armonizada, salvo Colombia, y todos los países de Centro América. (GL)