Claudia Ferrer Creadores de Eventos, la versión tope de gama en casamientos y presentaciones de empresas (50 al año: 70% BtoC, 30% BtoB)

Con 50 eventos anuales de promedio, un 70% son de tipo social (fundamentalmente casamientos) y el 30% restantes corporativos, un segmento donde les gustaría tener más actividad, incluso.

Los servicios que brindan desde Claudia Ferrer son exactamente trajes a medida: “Nosotros hacemos atención personalizada, no ofrecemos los productos como un paquete y no tenemos valor tarjeta. Vos venís y decís lo que querés y nosotros desarrollamos la propuesta y ahí presupuestamos”, explica su fundadora.

“La gente por ahí dice que somos caros y eso me enoja: no somos caros, trabajamos bien y en regla”, dice Ferrer, mamá de seis hijos, dos de los cuales -Consuelo y Luis Cornet- trabajan en la empresa, cada uno con su rol específico.

Asentados en Estancia Causana, un predio propio para el desarrollo de evento sobre la avenida Colectora en la Autopista a Villa Carlos Paz, Claudia Ferrer concentra ahí los casamientos y luego trabaja donde el cliente convoque para los eventos corporativos. “Trabajamos con muchas empresas, algunas en casi todas sus cosas como Naranja, los Martínez de Betania o Edisur”, resume Claudia sobre esta área del negocio.

“Nosotros tomamos todas las partes de un evento, somos integrales y siempre miramos la fiesta o el evento desde arriba, como un todo, aunque luego subcontratemos servicios o productos específicos. Somos la cabeza y los responsables del evento. Siempre creí que la mejor publicidad es el estar ahí (en el evento) y controlar que todo salga perfecto”, agrega.

Con una media de 50 eventos al año, el calendario de Claudia Ferrer Creadores de Eventos se va llenando con casamientos, que son los primeros que reservan fechas; los trabajos para empresas se realizan con menos anticipación y complementan la grilla de trabajo.

"A mí me gustaría -incluso- trabajar más en lo corporativo, porque cubre todas las épocas del año. Lo social es estacional: febrero y marzo son buenos meses e incluso abril es un mes lindísimo para eventos de día. Después viene el frío y nadie se quiere casar con frío y se retoma en octubre y noviembre, que son meses pico”, explica.

¿Se siente el bajón de la economía en tu sector?

Creo que el evento es un termómetro de la realidad económica en la Argentina: cuando hay crisis lo primero que se restringe es el evento. Cuando hay poca plata se achica la demanda.

¿Cómo hacen para presupuestar con precios que se mueven tanto?

La inflación es hartante para trabajar, el dar plazos es difícil y hay que estar muy atentos para no terminar perdiendo plata o quedar muy caros.

Los márgenes de rentabilidad habrán sufrido, también…

Estamos trabajando con un margen muy escaso; en otras épocas de economía más cómoda era un negocio con buen margen, algo razonable. Hubo épocas que teníamos margen de ganancia donde yo me sentía satisfecha con el trabajo, con la demanda, con todo lo que yo le daba; ahora no estoy satisfecha, pero no es porque tenga más gastos y quiera vivir mejor, sino que lo comparo con el esfuerzo que uno le da, el tiempo, la creatividad que tenemos en los eventos y pienso que deberíamos ganar mucha más plata. Hoy vienen y dicen “Claudia es cara” y yo digo que en realidad tengo un producto bueno. La alternativa es bajar la calidad y no quiero, porque hay mucha gente que trabaja en la mediocridad y en un producto "más o menos”.

La familia y los roles

En sus orígenes en el rubro, allá por los años 70, Claudia y dos amigas más formaron Las Tres S. "Nos tocó vivir la época de la plata dulce. Fuimos aprendiendo y formándonos cada una individualmente, pero no era una empresa familiar sino de 3 señoras. Ahí yo empiezo a hacer mi camino sobre la organización de eventos. En Córdoba nunca hubo una época más irresponsable que la de la plata dulce. Trabajamos muchísimo, porque se gastaba sin límites", recapitula.

Luego de esta experiencia, Claudia se aboca durante varios años a la crianza de sus 6 hijos y cuando regresa al ruedo decide hacerlo sola, sin socios, para garantizar la independencia de horarios.

Consuelo y Luis recuerdan que empezaron a trabajar con su mamá desde chicos: "Ya desde los 14 años la ayudábamos a cortar las florecitas y en todo lo que pudiéramos”, recuerda Consuelo. Luis pasó por todas las áreas, desde atender la barra a preparar centros de mesa.

En la división actual de roles, Consuelo está en la producción de cada evento en la previa para que todo esté perfecto, pero por decisión personal y familiar, no está en los eventos propiamente dichos. Ahí sí está presente Luis y -por supuesto- Claudia.

Así, la primera generación y la segunda conviven en la toma de decisiones, pero ya asoma la tercera generación: las hijas de Consuelo (que se casó muy joven) empiezan a recorrer el mismo camino que hizo su madre de pequeña.

“Siempre tengo en cuenta algo que una vez me dijo un amigo: si vos no incorporás gente joven a tu empresa, tu empresa va a envejecer con vos”. La gente joven te da una energía y aporta cosas desde otros valores, otras formas. ¡Esa es la evolución de la vida, si no qué aburrido, sería todo monótono!”, finaliza Claudia.

Producción: Lara Biain / Gina Biain
Fotografía: Marco Cabral