En este momento están abocados a cuatro proyectos por un total de 65.000 m²: Greenpark en Valle Escondido, Nazareno XV sobre calle Estrada, Nazareno XI sobre Boulevard Illia y Betania Plaza con salida a tres calles: Ambrosio Olmos, Richardson y Santiago Temple. A estos emprendimientos se suma el Nazareno 14, que acaban de inaugurar hace menos de un mes.
Pero claro, Betania es una empresa cuya característica principal es no quedarse quieta, así que proyectan un segundo semestre y un 2020 bien moviditos también. “En un ritmo de crecimiento permanente nuestra empresa construyó en el año 2018 un total de 10.500 m², lo que es equivalente a 190 departamentos de un dormitorio. Para el 2019 nuestra previsión es incrementar en un 10% ese volumen”, así arranca la entrevista César Martínez, presidente del Grupo.
Con los números del año pasado en la mano y apostando a una reactivación del sector luego de las elecciones, tienen previsto lanzar tres nuevos proyectos. “En primer lugar Betania Urbano, que ya tiene muy avanzados todos los permisos municipales para dar comienzo a la obra en la esquina de Laprida y Vélez Sársfield; también nuestro segundo edificio en Alta Gracia y hacia el fin de año un nuevo edificio en barrio General Paz, sobre la Avenida 24 de septiembre”, describe César. Entre los tres emprendimientos totalizan una superficie superior a los 25.000 m² más.
-Rompen sus propios récords aún en tiempos difíciles, ¿con qué estrategias gambetean la crisis?
-Los proyectos de los desarrollistas son a largo plazo ya que el tiempo de ejecución de un edificio es por lo menos de tres años. Por nuestra idiosincrasia positiva y optimista, creemos que las crisis también son oportunidades, por lo tanto estamos preparados con varios proyectos por más de 100.000 m² para los próximos años porque consideramos que el déficit habitacional ha seguido aumentando y en algún momento el rebote de la actividad va a llegar.
La administración de edificios, la otra gran apuesta
A pedido del público. Así podríamos decir que surgió esta segunda unidad de negocios de Grupo Betania que originalmente nació como desarrollista, pero que de a poco también se fue convirtiendo en administradora de sus propios edificios y de los departamentos que sus clientes les confían para alquilar. Si bien no representa grandes dividendos, es una unidad que no pueden ni quieren dejar. “En realidad es una unidad de negocio de una rentabilidad muy baja pero muy útil: sirve para servir mejor a nuestros clientes y lograr así su fidelización”, culmina Martínez.
Producción: Soledad Huespe
Fotografía: Virginia Huespe