¿Te parece que hay muchas pinturerías en la ciudad? Es que las hay. En el país, se estima, hay unos 1.500 locales de pintura y la ciudad de Córdoba -además- tiene la particularidad de concentrar varios jugadores “nativos” y de peso.
Uno de esos jugadores locales es Garín, la empresa familiar que hoy comandan 5 hermanos y que tiene varias unidades de negocio:
- La cadena propiamente dicha, todos locales propios
- Pintura de autos (una especialidad del rubro)
- Un área que abastece al sector público y licitaciones
- Una área específica BtoB que vende a otras pinturerías y locales
A diferencia de otros mercados, como el chileno, donde pesan los “home center”, en la venta de pinturas en Argentina esas grandes superficies (como Sodimac o Easy) concentran apenas un 20% del total.
Esta particularidad también contribuye a un mercado muy atomizado, donde los grandes fabricantes asientan su distribución en canales propios (como Sinteplast y Colorshop) o en determinadas redes minoristas como Alba y Sherwin Williams. Para ponerle “color” al mercado, hace poco Tersuave se quedó con Colorín y consolidó un pelotón de 4 grandes jugadores en la fabricación.
Un rubro “noble”
“El rubro de la pintura es un rubro muy noble, tiene muy pocos altibajos -explica Fernando Garín-; entonces en las crisis -como muy malo- caemos un 10%. Claro, así es como tampoco nos tocan las grandes olas como sucede en otros rubros. Si hacemos campañas promocionales podemos crecer unos puntos en la facturación, pero no se compara con la venta de televisores que cuando llega el Mundial, explota el mostrador”.
En ese contexto, el argentino promedio solo usa unos 4 litros de pintura al año, contra 7 de Brasil. Eso sí: aquí se usan mejores pinturas (más caras), pero menos veces.
“Lo que más tracciona -en venta minorista- es el consumidor final -explica Fernando-; si bien tenemos como clientes a muchas empresas constructoras que también son importantes, al tener muchos locales, el consumidor final representa el mayor volúmen para nosotros.
En los planes de la empresa, el siguiente plazo es mudar su centro de distribución a Villa Esquiú y descomprimir el nodo que tienen en barrio Talleres, desde donde proveen a todas sus unidades de negocio.
Desde ese nuevo enclave, incluso, podrán potenciar más su canal mayorista que representa ya el 20% de la facturación total y está en franco crecimiento.
La familia
Para la producción de esta nota, los Garín tuvieron una gran idea: convocar a la mayor parte de la familia: 15 “Garines” (más uno en panza), entre los directivos, jóvenes que se están sumando y chicos que todavía no terminan los estudios (además de un bebé, claro). Y todo eso sin contar ausencias por colegio y vacaciones al momento de la foto.
Hoy, la empresa es conducida por la segunda generación con 5 hermanos activos: Marisa en la Tesorería, Elsa en Administración, Pablo que supervisa los locales, Marcela en Recursos Humanos y Fernando, gerente general y además presidente de CAPIN, la Cámara Argentina de Pinturerías.
El protocolo familiar firmado establece que siempre serán 5 los miembros de la dirección y que cada rama familiar irá eligiendo su representante en esa instancia.
Alegres y afables en el trato entre sí, los Garín se parecen a una colmena bien organizada, sin abeja reina, pero con muchos obreros. El nuevo centro de distribución será un salto en el manejo de volúmen y espacios, pero la familia también está entusiasmada por dar un salto de calidad: empezaron los trámites para certificar ISO e iniciarán el proceso -precisamente- por el área de logística.
Producción: Lara Biain / Gina Biain
Fotos: Marco Cabral