La Municipalidad de Córdoba está colocando la primera viga del puente que conectará dos espacios importantes del nuevo Polo Ambiental: la Universidad Libre del Ambiente y el Jardín Botánico.
Este puente estará sostenido por dos columnas, ya instaladas, y compuesto por tres vigas de 23 metros cada una, que conformarán una pasarela que tendrá un total de 69 metros.
Las otras dos vigas se montarán en las próximas semanas, donde ya están construidos los pilotes de seis metros de profundidad, para finalizar la conexión entre los dos espacios.
Por último, se añadirán las barandas, en esta construcción que cruzará por encima de la Av. del Piamonte y desde allí se apreciará una vista única de la zona noroeste de la ciudad.
Estos dos espacios, junto con las nuevas oficinas del Instituto de Protección Ambiental y Animal (IPA), conforman el nuevo Polo Ambiental Rubén Américo Martí.
La ULA y el Jardín Botánico
El ex intendente Rubén Américo Martí fundó en 1995 la Universidad Libre del Ambiente (ULA), que hoy funciona como un espacio de educación ambiental para la generación y transmisión de conocimientos, promoción de valores, concientización y participación.
La oferta académica incluye cursos, talleres, diplomaturas, capacitaciones, complementada con actividades todas las semanas relacionadas a la sensibilización ambiental, entre las que se encuentran webinarios, bicicleteadas y visitas guiadas, entre otras.
Además la ULA impulsa iniciativas como el programa Empleos Verdes (cursos de capacitación laboral ambiental), Escuelas Verdes (educación ambiental integral en las escuelas) y el Sistema de Padrinazgos de Espacios Verdes (alianzas con instituciones para el mantenimiento y revalorización de espacios verdes urbanos).
El Jardín Botánico, por su parte, fue recuperado por completo y puesto en valor por la actual gestión, encabezada por el intendente Martín Llaryora, luego de 20 años de abandono.
Se trata de un espacio de 6 hectáreas, luego de la integración del Paseo de la Flora Cordobesa, unidos por un paseo peatonal, entre Av. Chancay y Juncadillo, con ingreso por Francisco Yunyent.
Allí los nuevos senderos de vegetación nativa conectan las distintas áreas del Paseo de la Flora, donde conviven especies autóctonas como algarrobos, chañares, pichanas, jarillas y piquillines.
El lugar se jerarquiza con luminarias solares, nuevo parquizado y adoquinado, un hotel de insectos y bancos fabricados con material reciclado, producto de la Economía Circular.