Dicen que crisis también es oportunidad y así tomaron la pérdida de competitividad en el exterior con clientes extranjeros que representaban el 85% del flujo de trabajo seis años atrás. “Pasamos de ser una software factory y trabajar con agencias, clientes de Estados Unidos, Puerto Rico, Colombia y algunos países de Europa a enfocarnos a clientes finales locales”, explica Rodrigo Arija.
“Nos iba muy bien siendo chicos y trabajando como factory pero la pérdida de competitividad nos empujó al cambio. Incorporamos una persona en el área de comunicación interna, empezamos a hablar más y a encontrar en conjunto soluciones a los problemas. Uno de ellos era la distribución de las oficinas que dificultaba el diálogo, entonces decidí buscar un nuevo espacio, sin divisiones y donde pudiéramos tener un trabajo más colaborativo”, explica a Arija.
El espacio que necesitaban lo encontraron en Nueva Córdoba, más específicamente en un piso de la calle Montevideo 15. “Me llevó largos meses encontrar el lugar ideal y ponerlo a punto, costó tomar la decisión de mudarme de Cofico a Nueva Córdoba pero el equipo me convenció y este cambio nos benefició por la cercanía con los clientes y para el equipo que vive mayormente en esta zona”.
A nivel de servicios, “Potenciamos el área de marketing digital y a partir del cambio que nos planteamos empezamos a ofrecer estrategia, planificación y compra de medios. En ese sentido agregamos ejecutivos de cuentas y nos enfocamos a clientes finales. Hoy por hoy el 85% de clientes son finales y un 15% lo mantenemos como proveedores de agencias en Argentina y el exterior”.
Impulsamos las soluciones para clientes finales apoyados en una amplia experiencia en el rubro, incorporando los nuevos perfiles que requiere el mercado las claves del cambio. “Defiendo mucho el trabajo que hacen las agencias tradicionales a nivel de creatividad, me encanta trabajar con ellos y de nuestra parte sumar valor agregado con nuestros expertos en usabilidad o e-commerce, por ejemplo. Hay mercado para todos y lo mejor es aprovechar lo mejor que cada uno hace ”, concluye Arija.