Torino, orgullo argentino
(Por José Manuel Ortega) Torino fue un hito en la historia de la industria automotriz argentina. El tercero en discordia en la disputa Ford-Chevrolet.
Porque, más allá de partir de un modelo norteamericano (el Rambler Rogue, foto 6), Pininfarina –nada más y nada menos- fue el encargado de adaptar el modelo al gusto argentino. Es cierto, los cambios no fueron tan grandes, pero consiguió un diseño original, que rápidamente fue adoptado por el mercado.
En 1966 el modelo fue presentado a la prensa argentina, con el famoso motor Tornado.
En 1970 apareció la coupé TS, en 1972 el GS y en 1976 el TSX, con el tablero blanco que generó no pocas controversias entre los fanáticos de la marca.
En 1979 se presentaron el ZX y el 4 puertas GR, un auto que causó verdadera sensación. Claro, en aquellos años los rediseños eran leves, y estábamos acostumbrados a ello. La ZX presentaba diferencias menores respecto a la TSX, pero nos parecía otro auto. Recuerdo perfectamente su presentación. En esa época, tener una coupé ZX era “lo más”.
En su época dorada contaba con fanáticos y detractores, pero nunca pasó desapercibido.
Existió un proyecto (R40) de europeizar al Torino, y se construyó un prototipo –poco feliz- radicalmente distinto al modelo a reemplazar, y que finalmente no llegó a producción.
Sin dudas, en la competición el Torino tuvo –tal vez- su veta mas prolífica, en el TC de la época y con algunos desarrollos especiales como las famosas Liebres.
Pero la epopeya de Nurburgring en 1969 (donde Fangio había ganado 12 años antes la mejor carrera de la historia de la Fórmula 1) quedará para siempre en la retina de los seguidores de la marca. Aquellas 3 coupés, alternadas por pilotos como Di Palma, Rodríguez Canedo, Cupeiro, Gastón Perkins, Copello y otros “nenes” causaron revuelo en el circuito alemán en 1969. Una de ellas finalizó 4ª, a pesar de ser el vehículo que mas giró en pista, ya que por cuestiones reglamentarias fue penalizada.
Conocida como “La Misión”, y con la tutela de Fangio y un joven prometedor, Oreste Berta, dejó la impronta argentina en el famoso circuito.
Hay numerosos clubes de fanáticos del modelo que se reúnen para seguir dando vida al legendario modelo, como torosite.com.ar, de donde tomamos algunas imágenes.
En 1982 finalizó su vida comercial, ante la imposibilidad de competir con los modelos importados, pelea que dio en inferioridad de condiciones.
Más que nunca estoy convencido de la vigencia de la frase: “Torino. Orgullo Argentino”.