¡Cuidado: árboles trabajando! (y generando Bonos de Carbono).
Los que estudiaron en la primaria biología lo saben bien: un árbol toma dióxido de carbono del aire y en su liberación lo convierte en el oxígeno indispensable a los humanos para la vida. Ahora, un árbol también te puede dar Bonos de Carbono que te pueden generar ganancias a partir de este mecanismo nacido en el Protocolo de Kyoto que busca la reducción de emisiones causantes del calentamiento global o gases efecto invernadero (GEI). ¿Cómo funciona? Las reducciones de emisiones de GEI se miden en toneladas de CO2 y se traducen en Certificados de Emisiones Reducidas (CER). Así, un CER equivale a una tonelada de CO2 y puede ser vendido en el mercado de carbono que hoy en día cotiza en bolsa a unos 7 dólares. “La idea es tentar a inversores para comprar tierras, para que lejos de desforestarla intenten cuidarla y que además le genere ganancias”, nos comenta Fernando Martínez de Forestar.