Recordemos que una de los proyectos de mayor envergadura que quedaron truncos durante la administración delasotista fue la Modernización del Estado, que contemplaba la privatización del Banco de Córdoba y la Epec, entre otros aspectos. Ambos proyectos carecen de viabilidad en un escenario actual, pero es probable que De la Sota sí avance con otras cuestiones de fondo, como la de reclamar por una nueva Ley de Coparticipación Federal, aspecto clave para el futuro de la provincia.
De la Sota recibe una liviana herencia (la situación fiscal de la provincia)
Con cada cambio de mandato, es común escuchar al gobernante entrante quejarse de la "pesada herencia" que recibe de su antecesor. En esta ocasión será diferente: José Manuel De la Sota no podrá recriminarle nada a Juan Schiaretti, al menos en lo que respecta a las finanzas provinciales.
Por dos razones: la primera, porque recibe el gobierno de manos de su aliado y ex vicegobernador, Juan Schiaretti ("el cambio que sigue"), y la segunda porque objetivamente recibirá una provincia ordenada desde el punto de vista fiscal. Dejando al margen la situación de la Caja de Jubilaciones, la provincia de Córdoba –por mérito propio y contexto ajeno- tiene sus números en “caja”.
El resultado fiscal no está comprometido y renegoció su deuda con la Nación, lo que le augura al menos 4 años de tranquilidad. A diferencia de la situación con la que recibió la Provincia en 1999, el próximo gobernador José Manuel De la Sota tendrá margen para gestionar con tranquilidad, enfrentándose a la enorme oportunidad de realizar los cambios estructurales que quizás no pudo hacer en sus dos primeras gestiones.
De la Sota gestionará un 2012 con un presupuesto de unos $ 22.000 millones de ingresos, un margen suficiente para seguir -y profundizar- la senda de obra pública que deja Schiaretti.