Los cercos eléctricos son un tendido de cable de acero (de 1,5mm con galvanizado doble para intemperie y mínima elasticidad) y un electrificador que transmite pulsos de alto voltaje y bajo amperaje que al ser rozado genera un choque eléctrico. Es en pocas palabras un escudo que desalienta el ingreso a intrusos y está señalizado con carteles amarillos y negros que advierten su peligrosidad y llevan el sello de certificación.
Además tiene un sistema electrónico de monitoreo que acciona una sirena apenas se percibe un roce, por eso es conveniente que no haya ramas de árboles o cualquier elemento cerca. Se puede adicionar un discador telefónico que se comunica con, hasta cinco números preprogramados para alertar al usuario, si no está en casa.
Ante un corte de luz el sistema sigue funcionando por dos días gracias a las baterías que duran entre 2 y 3 años.
Todos los componentes cumplen con las regulaciones y estándares del IRAM e ISO-9001 que autorizan su uso y se fabrican bajo la normativa IEC 60335-2-76 requerido tanto por la Asociación Electrotécnica Argentina (ACA) como por el Ente Nacional de Regulación Eléctrica (ENRE).
Respecto al consumo, se puede comparar con el de una lámpara de luz de 25 watts, y el costo por m varía según la instalación y otros factores. Como referencia una instalación simple de 50 m lineales cuesta $ 6.800. En Córdoba la firma D-Fence asesora cada inquietud.
Intrusos abstenerse
(Por Sara Bongiovanni) La seguridad en una casa es uno de los principales asuntos que se resuelve con mucha pausa y reflexión. Además de las convencionales estrategias: alarmas, barreras infrarrojas, sensores de movimiento, y otras, se consideran, cada vez con más atención los cercos eléctricos. No son letales y protegen todo el perímetro de la vivienda sin permitir que el intruso ingrese ni siquiera al jardín, lo cual representa una ventaja respecto a las protecciones mencionadas antes.