La instalación de la planta de acondicionamiento de semillas de la multinacional Monsanto volvió a ser un tema público y el próximo capítulo parece que se escribirá en el símbolo de las ciencias en Córdoba: la Universidad Nacional.
Si bien la exrectora y exdiputada Carolina Scotto a través del Consejo Superior había cuestionado la instalación de Monsanto en 2012 un acuerdo firmado por la facultad de Agronomía con la multinacional -“uno de los tantos acuerdos de trabajo que firmamos con empresas, donde las decisiones y los enfoques investigativos los tomamos nosotros”, le dijo el decano de esa facultad a La Voz del Interior- volvió a llevar el tema al máximo órgano de la Casa de Trejo.
La mañana del lunes, vecinos autoconvocados de Malvinas Argentinas presentaron un pedido de audiencia al rector de la UNC, Francisco Tamarit, con el objetivo de hacerle conocer su posición frente al conflicto desatado en la institución a partir del convenio de trabajo firmado entre la Facultad de Ciencias Agropecuarias y la multinacional Monsanto que busca instalar una planta en la localidad del Gran Córdoba.
La carta con la solicitud para dialogar con Tamarit fue acompañada de la firma de más de 600 vecinos, quienes respaldan la localización de la procesadora de semillas de maíz que Monsanto quiere instalar.
Ese fue el hecho que desató una tensa protesta en el seno del Consejo Superior que terminó con declaración de Tamarit que criticó con dureza el convenio, aunque no lo bajó como pedía un grupo de ultrambientalistas conformado por decenas de vecinos de Malvinas y militantes, principalmente de agrupaciones de izquierda.
Acto seguido Conrero dijo que la "Universidad no quiere discutir el tema Monsanto" y que el convenio se iba a debatir en el Directivo de Agronomía pero sopresivamente ayer vecinos de esa localidad presentaron una nota para que Tamarit los escuche.
La instalación de Monsanto vuelve a estar en el tapete y al parecer esta vez la cuna de las ciencias no podrá gambetear esta discusión.