No sólo se llevó el mate... también “matevangelizó” en el DF.

Bárbara Anderson: “No solo que importé la costumbre del mate a mi oficina en México sino que traje conmigo un defectito: odio cebar mate. Lo que hice fue `matevangelizar´: le enseñé a Xanic, Tania y Gisela (tres compañeras de la redacción) a tomar mate, las hice adictas y ahora son las que me ceban el mate. Somos las mayores consumidoras de Nobleza Gaucha de la zona”. 

Alfa Pampa: fabrica más de un millón de alfajores por mes y quiere seguir creciendo (facturación proyectada: $ 4.000 millones en 2026)

En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.