“Más que motivacional es un reclamo actitudinal. Lo que está pidiendo el emisor es `compromiso´, estadío actitudinal interpersonal ideal. Pero para que la gente se comprometa se tiene que `sentir parte de...´ y para eso hay que invitarlos a tomar decisiones o (por lo menos participarlos en las decisiones)”, analiza Germán Bernhardt, de Rindo, empresa dedicada a optimización del rendimiento de personas y equipos de trabajo.
Ahondando en el tono empleado por Llaryora, prosigue: “el adoctrinamiento, como la arenga, suele funcionar (algo al menos) en el corto plazo, eleva los niveles de energía, pero se diluye al poquito tiempo”.
“Motivación sería reforzar positivamente lo que han hecho estos receptores, premiarlos de alguna manera, preguntarles sobre sus motivos personales (propósito, por qué y para qué forman parte de esto), utilizando fuentes externas e internas de motivación”, agrega Bernhardt y remata: “el estadío actitudinal intra personal del emisor, es el del enojo”.
Por su parte, Edgardo Donato, docente, emprendedor y especialista en desarrollo humano apunta sobre este audio: “Todo lo que decimos habla de nosotros. Desde mi mirada es mejor una arenga basada en el propósito. En lo que se hizo y pudiendo hacer más en la recta final. ¿Qué se hizo y qué se puede hacer para lograr más compromiso? ¿Lo estamos gestionando profesionalmente?”, resume con preguntas retóricas.
Y un último aporte de Bernhardt: "Desde lo comunicacional, una señal de alerta surge cuando el silencio es un rasgo cultural de los equipos; si (el líder) pregunta y nadie responde uno percibe que algo pasa: o la gente tiene miedo o nadie se quiere exponer en ese `vestuario´. El silencio nunca es amigo del alto rendimiento”.