- Aunque es muy fácil tomar la bandera de “innovar o morir”, lo cierto es que son pocas las verdaderas innovaciones, aquellas “disruptivas” que crean una nueva categoría de consumo y cambian la vida de la gente (telefonía celular, por ejemplo). La mayoría de las innovaciones se dan a partir de productos ya desarrollados.
- Por eso son frecuentes las innovaciones en extensión de línea de productos (un nuevo sabor, una nueva variedad, por ejemplo); las innovaciones que significan traer un producto a un mercado donde no estaba o, incluso, las innovaciones más significativas que dan un salto un poco más grande inaugurando una nueva generación de un producto ya impuesto.
- Entre colonizadores o pioneros (los que introducen un producto en el mercado) y desarrolladores (los que lo toman, lo potencian e innovan sobre alguno de sus puntos), Arcor está claramente en la segunda categoría. Su producto emblema, el Bon o Bon, parte de la base de uno de los bombones de Garotos, lo mejora, lo amplia, lo “independiza” y extiende su marca y sabor a muchos otros productos.
- Arcor siempre se destacó por su integración vertical que le permitió precios muy competitivos y -más adelante- por una aceitada logística que le permiten estar “en todos lados”.
- El marketing de sus productos ya es tan bueno como su sistema de producción y su distribución?-, le preguntamos a Storni.
- Lo debería decir alguien que mire la organización desde otro lugar, pero yo creo que hemos avanzado mucho en marketing. De todas formas, desde un principio los fundadores de la empresa tenían claro qué vendían, a quién le vendía y cómo le vendían. ¿No es eso el marketing?