Es una crónica efímera. Durará un par de horas hasta que las pantallas empiecen a consolidar los datos oficiales y se acaben las especulaciones.
Con menos del 5% escrutado (localidades con voto electrónico), Juntos por el Cambio ronda el 45% y Hacemos Unidos por Córdoba el 38%.
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Las encuestas bocas de urna del oficialismo mostraban 10 puntos de diferencia, casi en la misma proporción en provincia como en Ciudad, lo que -si así fuera- complicaría las chances de Rodrigo de Loredo y afianzaría la candidatura de Passerini.
Desde la oposición -quizás un poco más apagados- muestran 44 mesas donde van ganando en 40, mayoritariamente del interior de la provincia y festejan los primeros datos de la Justicia.
El dato que será seguramente noticia es la baja concurrencia a las urnas con datos -provisorios- donde la participación está más cerca del 60% que del 70%. Según viejos encuestadores, en toda elección hay 15 puntos de participación que no se dan por cuestiones de enfermedad, viaje y otros emprendimientos.
Según esta lectura, 85% sería el máximo posible a alcanzar, con lo cual una concurrencia del orden del 60 al 65% daría una marca apatía.
En síntesis: si uno se guiara por el “olfato” en cada búnker, a las 19 del domingo el ganador sería Martín Llaryora, pero quizás de una forma tan holgada como presupone algunos militantes.